¿Por qué no funcionó «All Eyez On Me», la película sobre Tupac?
En 2009, el posteriormente reconocido y respetado George Tillman Jr. se puso manos a la obra y con un casting fantástico estrenaba «Notorious».
El biopic de la vida de Christopher Wallace aka Notorious BIG no fue ningún bombazo ni un blockbuster de tremendo éxito, pero hizo justicia cinematograficamente al genio de Brooklyn y el tiempo la ha dejado en buen lugar. Sin muchas pretensiones, tiene el tono exacto y todo huele y sabe a Biggie Smalls. La honestidad se premia en el cine, antes o después.
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Pasaron los años y con el éxito de «Straight Outta Compton» (F. Gary Gray, 2015) la cosa estaba clara: las películas biográficas sobre leyendas del rap funcionaban en taquilla, y había que ponerse manos a la obra.
El público que había crecido escuchando a estos iconos del hip hop ya eran adultos con sus trabajos, sus familias y sus sueldos, de modo que se podían permitir ir al cine o comprar las películas en Blu-Ray. Se acababa de crear un nuevo y flamante negocio, y las plataformas como Netflix o HBO tampoco dudaron en sumarse a ello con diversas producciones similares.
«Straight Outta Compton» probó que ciertos biopics son muy rentables
Entonces, ¿cómo no iba a funcionar una cinta biográfica sobre una leyenda como Tupac Shakur? Uno de los rappers más famosos y respetados de todos los tiempos cuyas canciones han sonado (y siguen sonando) en todo el mundo.
Un artista que sigue facturando lo más grande, y no solo en royalties por las reproducciones de sus canciones, sino también en licencias por merchandising. Todo parecía perfecto.
I see no changes…#AllEyezOnMeMovie pic.twitter.com/xxukGMbFsY
— All Eyez On Me (@alleyezmovie) July 13, 2016
Y aunque el casting parecía el indicado, tal como se hizo en «Notorious», la cosa no sería tan fácil, a pesar de que el viento parecía correr a favor. La película se llamaría «All Eyez On Me» (igual que el disco más celebre del artista), y el encargado de dirigirla sería el especialista en clips musicales, Benny Boom.
Parecía que todo iba a ser perfecto en «All Eyez On Me»
Y ahí residía el problema: si grandes directores como David Fincher (que había trabajado para Michael Jackson, Madonna o Aerosmith) dieron el salto con sumo éxito de los vídeos musicales al cine, no parecía el caso de Boom, y se debió apostar mucho más sobre seguro.
Al fin y al cabo, se trata de llevar a la gran pantalla al ídolo de miles de personas de todo el mundo, no estaba de más contratar a un director más experimentado en largometrajes. La película se mueve adelante y atrás y en la mayoría de ocasiones vemos a Tupac en la persona de Demetrius Shipp Jr., pero de algún modo algo no encaja.
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No logramos empatizar, y muchos de esos saltos temporales nos sacan de la trama. Por no decir que uno tiene la sensación de que el largometraje se para y dedica su tiempo a algunas cosas innecesarias y se salta (o toca de modo breve) otras más interesantes.
Ahí es donde notamos que el director quiere y no puede, y no es solo en el timing, sino también en la falta de emotividad de algunas escenas (que podrían haber sido oro puro en manos de otro realizador).
Tupac tenían una personalidad rica y compleja que podía haber sido explorada de veras. Algunas veces era profundo, otras revolucionario, otra un gángster, otra un tipo muy cercano y otras un badass, aquí tenemos la sensación de alguien más plano y menos rico en matices.
Faltan demasiados matices en la personalidad de Shakur
La película se estrenó en 2017 (y no en todos los países en que debería, tratándose de un icono mundial) porque ni la crítica especializada, ni los fans ni la taquilla estaban de su parte.
Y un film es solo un film, pero nos resulta una completa oportunidad perdida, y ahí es donde entra la pena, ya que en «Straight Outta Compton» y en «Notorious» sí veíamos y sentíamos a esos artistas con los que hemos crecido.
Seguramente pasará el tiempo y se volverá a intentar con más éxito (tal como se hizo con «Steve Jobs», por ejemplo), pero de momento estamos insatisfechos e incompletos. Aún así, de todo se aprende, y esperamos que sus herederos o los encargados de gestionar su legado lo hagan un poco mejor a la próxima.
No sólo por ellos, también por todos nosotros.
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