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«El ascenso de Skywalker» o cómo Star Wars volvió a tener alma

Por JD Romero / 24/12/2019
«El ascenso de Skywalker» o cómo Star Wars volvió a tener alma

No sabemos si aquel muchacho californiano aficionado a las carreras, al cine clásico de aventuras, al western y a Kurosawa y apellidado Lucas sabía que cambiaría el cine para siempre en 1977.

Lo que para muchos (incluidos muchos de los trabajadores en el set) era una amalgama de personas, criaturas y robots toscos andando por el rodaje se acabó convirtiendo en la saga de películas más importantes de la historia, y es básicamente porque en Star Wars (al menos en las tres primeras entregas) hay mucho más que cine de aventuras y naves espaciales.

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Más allá de las etapas del camino del héroe, George Lucas entregó una mezcla ecléctica de sus influencias de la infancia y le añadió cuestiones más profundas como la conexión con el universo o el estar presente. Y aquel entretenimiento puro y duro pero con ciertos trasfondos acabó convirtiéndose en casi una religión, y la prueba es que más de cuarenta años después cada estreno de la saga sigue siendo el evento cinematográfico del año.

Star Wars funcionó porque es cine de aventuras con cierto trasfondo espiritual

Podemos obviar las precuelas (cuya tercera entrega «La venganza de los Sith» es más que notable) y llegar hasta «El despertar de la fuerza», que de la mano del -casi- siempre efectivo J.J. Abrams rescataba todas las cosas que nos gustan de Star Wars (léase sentido de la aventura y la exploración, futuro usado…) y las unía con fuerza.

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Y aunque todo nos supo a ya visto, al menos los paisajes, los personajes y lo que sucedía nos sabía y nos olía al mejor Star Wars, a ese recoveco de la infancia en que Lucas nos hizo soñar en mayúsculas. Parecía que Disney había acertado, o al menos que había cogido el camino correcto.

Pero parece que con «Los últimos Jedi» -dirigida por Rian Johnson- retrocedíamos hasta las precuelas en ciertas escenas (la del Casino) y sus ideas más revolucionarias y arriesgadas ponían en pie de guerra al fandom.

Y es que así son los seguidores de internet: si entregas un producto conservador te dirán que es un refrito y si te mueves adelante les sacarás de su zona de confort y de las cuestiones que daban por hechas y también se enfadarán. Lo bueno y lo malo de esa democratización de las opiniones que es internet.

Equilibrio entre conservadora y el exceso de riesgos

Sea como sea, para «El ascenso de Skywalker» (la última de esta saga y el final de esta historia), Disney prefirió contar de nuevo con Abrams, probablemente por su mayor certeza al tratar el cine de aventuras más tradicional y por ser quizás un director más efectivo con las emotividades. Y parece que J.J. ha hecho los deberes y ha entregado el trabajo perfecto, y no solo en la teoría.

«El ascenso de Skywalker» no arriesga en absoluto pero da todo lo que se espera de ella.

Y exactamente volvemos a los paisajes más conocidos de la saga (y muchos otros nuevos), reciclaje de ideas muy válidas, homenajes, guiños, vuelta e iconos y símbolos, puesta a punto de personajes y sobre todo a esa sensación de apasionamiento, a ese amor por cada personaje, al misticismo de la fuerza y a la emotividad.

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«El ascenso de Skywalker» no arriesga, trae de vuelta la magia de Star Wars

Y de hecho, sus defectos son sus virtudes: lo que nos suena a ya visto nos devuelve a lo que amamos del universo y los personajes o situaciones que vuelven eran muy echadas en falta.

Abrams es capaz de reordenar el puzzle de Johnson y encima darle su sitio a cada personaje (tanto a los icónicos como a los nuevos) y sacarnos un par de lagrimillas a lo largo del metraje, cosa que no era fácil en el punto en que todo parecía estar.

Aún con su ritmo -a veces- atropellado y de no ser perfecta, «El ascenso de Skywalker» es un dignísimo y emocionante broche final a una serie de películas que amamos, está hecha con el corazón. Y consigue lo más importante: reconectarnos con toda aquella magia que aquel muchacho barbudo de California nos regaló en nuestras infancias. Notable.


Ordenamos aquí la saga de «Star Wars», ¿en qué orden clasificarías tú las películas?