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Opinión

¿Puede un falso documental ganar un Emmy?

Por JD Romero / 22/09/2019
¿Puede un falso documental ganar un Emmy?

A menos que hayas estado viviendo en una cueva este último año, sabes acerca de «Leaving Neverland». Dos tipos, que conocieron junto a sus familias a Michael Jackson durante su infancia y que se habían pasado la vida ganando dinero hablando del artista de plató en plató, entraron en bancarrota y entonces recordaron misteriosamente que habían sido abusados por el llamado Rey del Pop.

El primero (Wade Robson) lo hizo tras suplicar de todas las maneras posibles ser el director del musical de El Circo del Sol sobre Michael Jackson, y el segundo (James Safechuck), cuando su empresa fue demandada por varios millones de dólares. Justo antes de sus problemas económicos, se habían pasado la vida alabando al artista (y cobrando por ello).

Primero (antes de poner una demanda) intentaron vender su historia a diferentes editoriales. Como estas la rechazaban por sonar poco creíble, pues los dos supuestos abusados enviaban diferentes borradores con diferentes versiones, a ver si alguna convencía: todas fueron rechazadas por inverosímiles.

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Luego fueron a varios platós, pero como no sonaban honestos, no pudieron hacer mucha caja con la historia, de modo que decidieron poner una demanda por casi mil millones de dólares. Se celebró el juicio, lo perdieron y se demostró que habían estado inventándose la historia mediante reenvío de mails durante un año antes (el juez obligó a los servidores a darles los mails porque ellos se negaban) y también se vio cómo cortaban y pegaban sobre libros y testimonios de pedofilia de terceros para construir una narración que sonase creíble.

La conclusión del juez fue:

Ninguna persona racional podría creerse esta historia.

«Leaving Neverland»: una de las mayores vergüenzas de la historia de la TV

Ahora, doblemente arruinados (también condenados a pagar los costes judiciales por inventar la historia), su problema económico era aún mayor que al principio, de modo que intentaron mover los hilos para rodar la historia en formato documental e intentar recuperar el dinero que necesitaban.

Y de ahí nace «Leaving Neverland», un documental que acabó siendo comprado por HBO (que -suponemos- debieron creer la historia) y que acabó siendo desmontado de principio a fin: los abusos habían sido cometidos en la estación de tren, cuando luego se demostró que ni estaba construida en esas fechas, supuestos abusos en el rancho en días en que Michael Jackson estaba en la otra punta del mundo, tomas guionizadas grabadas supuestamente de una vez en las que notamos por la ventana cómo es otra estación diferente, quema de artículos que Michael Jackson les había regalado pero que se ha sabido que fueron subastados años antes…

En fin: un completo despropósito y uno de los mayores (y a la vez más cutres) montajes de la historia.  Por si fuese poco, algunos de los expertos en psicología del gesto de Estados Unidos publicaron en sus redes sociales que los dos hombres estaban claramente mintiendo.

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Entonces HBO tenía dos opciones: la primera era pedir perdón y retirar el falso documental, tal como pedían numerosos referentes periodísticos como Gerarldo Rivera de Fox News, y la segunda, intentar arreglar el problema cada vez que se demostraba una falsedad.

Y HBO decidió tomar el segundo camino y lo hizo de una manera un poco vergonzosa: cada vez que salía a la luz una nueva mentira en el documental se recortaba de la película ese trozo y se volvía a subir a la plataforma sin esa parte. La cuestión es que han sido ya tantos trozos, que al final la película va a acabar pasando de cuatro horas a veinte minutos. Vergonzoso.

Solo había una opción para seguir alargando la mentira: utilizar unos premios financiados por la propia productora y darles un galardón, a ver si así se calmaban las aguas. Dicho y hecho, los premios Emmy (cuyo principal sponsor es la propia HBO) hacían algo que ya nos imaginábamos que ocurriría para tapar las vergüenzas: nominar y posteriormente premiar a «Leaving Neverland» a mejor documental de no ficción.

Curiosamente, cuando la gente indignada llamaba a los Emmy para preguntar cómo un documental demostrado como falso podía optar a dicho premio, la propia organización de los galardones respondía con un «premiamos la calidad de la producción de la película y no la veracidad de lo que narra», reconociendo la falsedad de la historia. Todo bastante terrorífico.

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«Leaving Neverland» buscaba una avalancha de adultos diciendo haber sido abusados por Michael Jackson, y acabaron consiguiendo todo los contrario: infinidad de personas que habían estado en Neverland de pequeños han salido a la palestra tras años y años de silencio pero no para atacar al artista, sino para defenderlo y decir que jamás hizo nada inapropiado.

Del mismo modo que sus guardaespaldas (incluidos los que pasaban la noche vigilando su puerta), exmúsicos, exfotógrafos, excoreógrafos, exbailarines… Todas las personas que pasaron tiempo junto a Michael en vida, han acabado saliendo para atacar el documental y defender al artista.

Es por eso que le debemos a «Leaving Neverland» y a HBO reafirmarnos en que Michael Jackson no solo ha sido uno de los mejores cantantes, bailarines, productores, compositores y genios creativos de todos los tiempos, sino también el artista que más ha donado a los más necesitados en la historia.

Gracias a todos los testimonios de personas que sí le conocieron realmente se ha puesto en valor su figura de nuevo y se ha subrayado cómo el mundo fue un poco mejor gracias a él. Y esa semilla que sembró en millones de personas de todo el globo, vuelve a florecer cuando saltan todas a la palestra para defender al Rey del Pop tras este falso documental.

Vivimos en la era de la postverdad y hemos visto cómo fabricar una mentira es más sencillo de lo que parece: solo basta con no tener moral. Pero como decía el propio Jackson:

Las mentiras corren carreras cortas, pero la verdad corre maratones.


Si te perdiste nuestro análisis exhaustivo de «Leaving Neverland», puedes leerlo aquí