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Las lesiones más absurdas en la historia de la NBA

Por Erwin Landázuri / 01/02/2017
Las lesiones más absurdas en la historia de la NBA

Hace unos días Enes Kanter, pívot de los Oklahoma City Thunder, en medio de la frustración de un partido propinó un puñetazo a una silla de su banquillo, ¿el resultado? una fractura en la mano derecha y alrededor de dos meses alejado de las pistas. Dentro vídeo:

https://www.youtube.com/watch?v=m8GJT4-qhzg&feature=youtu.be&ab_channel=NBATOPVIDEOSJR

Tras esta curiosa acción, desde The Medizine hemos querido recordar algunas de las lesiones más tontas que se han visto en la NBA a lo largo de los años. Vamos allá:

B.J. Tyler jugó en la NBA una sola temporada (1994-95), cuando fue elegido en el puesto número 20 del Draft de 1994 por los Philadelphia 76ers. Cuenta la leyenda que durante el verano de la que iba a ser su segunda temporada en la liga, el jugador sufría molestias en una rodilla que le obligaban a ponerse hielo cada día para aliviar el dolor, y una vez tuvo la mala suerte de quedarse dormido toda una noche con una bolsa de hielo sobre su rótula. Este descuido agravó sus dolencias a tal nivel que no pudo jugar en toda la campaña, y su velocidad se vio tan perjudicada que nunca se recuperó del todo, por lo que se vio obligado a retirarse del baloncesto profesional a la corta edad de 24 años.

En 2012, en la primera ronda de Playoffs se enfrentaron los Miami Heat de LeBron James contra los New York Knicks. El segundo partido de la serie lo perdió New York por 104-94, y tal fue el enfado de Amar’e Stoudemire, uno de los pilares del equipo de NY, que propinó un puñetazo a un extintor cuando se dirigía hacia los vestuarios. Puntos de sutura, varios días de baja y dos partidos en los que su equipo rozó la humillación y acabó eliminado de Playoffs fueron las consecuencias de su cabreo.

Gilbert Arenas, aparte de un grandísimo jugador, también  fue una de las personalidades más explosiva que ha visto la NBA, dejando un sinfín de historias que te dejarían con la boca abierta. Para este artículo hemos querido acordarnos de una anécdota suya de 2007, cuando el base sufrió una infección en sus partes nobles, ¿la causa? usar la misma cuchilla para depilarse el vello púbico que usaba su novia de entonces.

Ni siquiera Michael Jordan, probablemente el mejor jugador de todos los tiempos, se libró de ser víctima de las lesiones absurdas. Entre las aficiones de Jordan siempre destacó la de fumar puros, y en 1999 esto le jugó una mala pasada, ya que al intentar cortar un puro ‘His Airness’ no apuntó bien y terminó cortándose el dedo índice derecho.

Matt Barnes, uno de los últimos bad boys de la mejor liga de baloncesto del mundo, llegó a asegurar hace un par de años que sufrió una tendinitis en uno de sus pulgares por culpa de su teléfono móvil. Al parecer, tal y como él mismo reconoció, el bueno de Matt pasó tanto tiempo escribiéndose con chicas a través de Instagram que al final le pasó factura.

Latrell Sprewell jugó 13 años en la NBA, participó en tres All-Stars, pero lo que más marcó su carrera fue su carácter, ya que era uno de eso tipos que nunca se andaban con chiquitas ni a la hora de jugar ni en su vida privada. Cuando firmó su primer gran contrato multimillonario, Sprewell decidió comprarse un yate y dar una fiesta privada dentro de él para celebrarlo con todos sus allegados. Uno de los asistentes al festejo se pasó con el vodka y acabó vomitando en el yate de Latrell, cosa que enfadó tanto a este que le atinó un puñetazo a su colega, de tal magnitud que se fracturó un dedo y se quedó sin jugar cerca de un mes.

Como veis, ni los deportistas profesionales están exentos de los infortunios más inusuales de la vida, ya sea por errores, malos vicios o momentos de furia. Y tú, ¿recuerdas alguna lesión absurda de una celebrity u otra estrella de otra modalidad deportiva?