‘All Eyez On Me’: el más potente y mejor disco de Tupac Shakur
Cuenta la leyenda (que tiene mucho más de cierto que de mitología) que 2Pac firmó con Suge Knight para Death Row Records a cambio de que el peligroso magnate pagara su fianza para salir de la cárcel, en los años 94/95.
Aquella jugada fue lo mejor y lo peor para el rapero nacido en Nueva York y afincado en Los Ángeles: por una parte Knight era el CEO con mejor sonido y contactos del rap de la costa oeste en aquel momento, por otro era un tipo tan peligroso y su estilo de vida era tan arriesgado que todo acabó como acabó, por desgracia para todos y empezando por el propio Pac.
¿Por qué es ‘All Eyez On Me’ el mejor disco de Tupac?
Grabado enteramente en los permisos carcelarios (aunque también se dice que justo después), ‘All Eyez On Me’ salió el 13 de febrero de 1996 y fue el primer disco doble de la historia del rap, curiosamente seguido por el póstumo ‘Life After Death’ de Biggie. Pero lo importante del disco es el esfuerzo musical, lírico e introspectivo que supone, entre la celebración de la vida del gángster y el sufrimiento personal que conlleva.
Un disco apabullante, completo y musicalmente accesible (no vamos a engañarnos) lleno de binomios y contradicciones que representan la personalidad del propio Tupac Amaru Shakur: fiestas y revolución social, machismo pero frases para la mujer, vida de pandillero y todo el dolor que ello supone. Un larga duración que casi parece una fotografía en movimiento de la mente del rapero: algunas veces quería ser Malcolm X y el Che Guevara y otras veces su vida era simplemente beber y fumar.
Featurings y temazos para la historia
En ‘All Eyez On Me’ encontramos a lo mejor de aquella costa en un momento tan preciso: The Outlawz, Snoop Dogg, el legendario George Clinton, Dr. Dre, Johnny J, Daz Dillinger, Nate Dogg, Kci and Jojo, Tha Dogg Pound o el mismísimo Method Man (este de la costa contraria) de Wu-Tang en la colaboración más llamativa del disco.
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La pasividad agresiva de ‘All Eyez On Me’, el funk de ‘Skandalouz’ y ‘How Do U Want It’, el gangsta rap de ‘2 of Americaz Most Wanted’, la preciosa ‘Life Goes On’, la sufrida ‘Only God Can Judge Me’, la musicalidad premonitoria de «I Ain’t Mad At Cha», la narrativa de ‘Shorty Wanna Be A Thug’ y la máxima expresión del sonido west coast en ‘When We Ride’ son algunas de las obras maestras atemporales de un álbum que no sólo es uno de los mejores discos de la historia de Death Row, sino de la historia del género rap.
La versión original de ‘California Love’ ni siquiera venía en el doble CD (en una jugada mercantil grandiosa aunque poco ética) y había que comprar el single aparte o conformarse con el remix que aparecía en el disco uno del álbum.
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La obra magna de Tupac fue, además de su cuarto disco, una genialidad tan intensa como sufrida, entre la fiesta y el dolor y siempre más cercano a lo segundo.
Junto a ‘Doggystyle’ de Snoop Doggy Dogg, ‘The Chronic’ de Dr. Dre, ‘The Predator’ de Ice Cube, ‘Black Sunday’ de Cypress hill o ‘Regulate’ de Warren G, ‘All Eyez On Me’ es uno de los mejores discos de la historia del rap en la costa oeste. Aunque su profundidad y complejidad quizás esté por encima de los mencionados, ya que (a excepción de Cube y algunos otros) el hip hop en la zona era más proclive a la fiesta, la superficialidad y la marihuana que a abrir el corazón de par en par como hizo Tupac en el álbum que hoy rememoramos.
‘All Eyez On Me’ es un disco a reivindicar desde el mismo día en que salió a la venta (Tupac fue asesinado en La Vegas solo siete meses después) y una obra artística que deberías ponerte a oír ya si no la conocías. La obra maestra de un artista tan sofisticado como complicado, tan violento como sentimental y tan lleno de ira como de amor.
Un disco doble sin desperdicio y una biografía con tantos pasajes diferentes como disfrutables. Tuvimos y tendremos todos los ojos en este disco.
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