¿Está el Autotune matando al Rap?
Si piensas que el Autotune es cosa de reggaetoneros con baber-monguer o de kinkis adictos al crack que no saben vocalizar, siento decirte que te equivocas. Hablar de Autotune es hablar de una de las mayores revoluciones de la producción musical desde hace 20 años, y para bien o para mal es un elemento menospreciado que ha supuesto un antes y un después en la historia de la música urbana.
Si te flipan las “nuevas” tendencias, adoras el trap electrónico y no sabes quién es T-Pain, estás rozando la herejía. Pero tranquilo, aún no es tarde. Comencemos por el principio.
En 1998 la cantante Cher popularizó el uso de esta herramienta musical con un single titulado ’Believe’, causando un enorme revuelo en la industria del momento. Los arreglos que introdujeron los ingenieros de sonido dotaron a la voz de un efecto extremadamente autotuneado que catapultó el track a la cabecera de la lista de éxitos mientras muchos críticos musicales lo catalogan como catástrofe. Tanto fue así que se comenzó a llamar al tune «efecto Cher». Comprobamos que la controversia respecto a ello no es un tema de actualidad, así que vayamos por partes:
El Autotune no es más que un plugin, como otros tantos que sirven para la misma finalidad: Vocoder, Melodyne, Intonator, etc., que se encarga de tratar las ondas sonoras de la voz y amoldarlas a una escala específica. Las variaciones de tono tan típicas del trap aparecen porque si ladras como un perro esa bullshit suena así de rara (que conste que me lo bailo más que Lindsay Lohan en Tomorrowland con Travis Scott). Y la verdad es que está guay, pero no era ese su cometido inicial.
El super-tune, hablando claro, está pensado para tratar las notas que se salen de la partitura, cosa que le puede pasar a cualquier ser humano ya que es totalmente imposible afinar todo al 100%. Algunas variaciones de afinación resultan casi imperceptibles al oído, pero están ahí. De forma que al incluir este procesamiento sonoro todas las ondas se equilibrarán obteniendo como resultado un sonido redondo, con cuerpo y presencia. Un sonido muy típico del Pop, con voces demasiado limpias y claras (ahora entendéis el secreto).
Si entonamos una nota y la alargamos, el resultado es ese sostenido robótico que mantiene en suspensión dicho sonido. Al igual que podemos alargar notas, esta herramienta nos permite realizar subidas y bajadas bruscas, “ensuciando” la voz y dotándola de un timbre peculiar, efecto que buscan la mayoría de artistas urbanos en la actualidad. Sin embargo, si tu pista de voz suena como una montaña rusa, significa que estás cantando mal y que desentonas demasiado. De ahí esos picos de escala. En este caso desentonar no tiene por qué ser malo si no es en exceso. Jugamos con ello dentro de una lógica, aunque he de decir que los artistas que utilizan bien esta herramienta no fallan en las notas.
Es evidente que esta incorporación aporta riqueza a la producción, ya que debido a la experimentación es posible obtener sonidos que no podrían generarse de forma natural. Evidentemente es algo subjetivo y que depende de los gustos. Hay quienes piensan que es una aberración y hay quienes lo adoran. Yo soy de los que piensan que todo en este mundo es equilibrio y sentido común.
Indudablemente existe una brecha generacional bastante importante entre ambos bandos. No merece la pena comenzar una interminable discusión sobre si es mejor el rap que el trap. Lo que se plantean son subgéneros que vienen del mismo sitio: la música negra. La única distinción que se debe hacer es entre buena música y mala música, cosa que no depende absolutamente para nada del estilo o de las reglas comunes.
De hecho, de dichas transgresiones han nacido discos tan emblemáticos como ‘Epiphany’ (número 1 en Billboard durante 2007) de T-Pain, cantante de RnB estadounidense y principal precursor de este sonido en la música urbana y ‘808’s And Heartbreak’ (número 1 de Billboard en 2008 y con 1 Millón de copias vendidas) de Kanye West, disco que sentó las bases de lo que sería el trap a partir de ese momento y dio forma a sonidos no escuchados hasta entonces.
Desde que hace unos años el pseudo trap cutre comenzara a expandirse en nuestro país de forma pandémica con una crueldad no vista desde la aparición del techno-folk, se ha instaurado la idea de que el rap se está muriendo por culpa del trap, entendido por muchos como música de quinceañeros, vacía y sin contenido ni valores.
No les falta razón en determinados casos, pero en otros hay auténticas obras de arte relegadas a un segundo plano sólo por salirse de las pautas. Hay que tener en cuenta que el sexismo, el ego exacerbado, la apología de las armas y el consumo de drogas no son sólo factores actuales ni comulgan con todo lo que lleve Autotune. Tristemente han sido elementos siempre presentes en la mayoría de música hip hop, pero existen muchas otras alternativas. Por tanto, no hagamos uso de la demagogia barata, desarrollemos sentido crítico y descubramos música nueva para poder comparar. Si bien es cierto que en nuestro país la tendencia ha sido más poética y cultural hasta hace relativamente poco, también hay casos de música descuidada creada para vender, polemizar o simplemente sin alma dentro del rap tradicional.
Concluyo el artículo reforzando la idea de que esta herramienta le ha devuelto la vida a géneros musicales que estaban en declive como el RnB, el dancehall, el neosoul, el pop ambiental, etc. Si me preguntan si el Autotune está matando al rap os diré que no. Así que será mejor que alguien le diga a Nas que el hip hop no está muerto, porque está más vivo que nunca.
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