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«Biggie: The Life of Notorious BIG»: el documental definitivo sobre la leyenda

Por JD Romero / 05/01/2021
«Biggie: The Life of Notorious BIG»: el documental definitivo sobre la leyenda

Hoy hablamos de «Biggie: The Life of Notorious BIG», por razones de peso. A riesgo de entrar en debates manidos e innecesarios, me temo que aquel joven nacido en Brooklyn y asesinado a tiros en California llamado Christopher Wallace —y apodado The Notorious BIG— es el mejor rapper de todos los tiempos. Y a sus habilidades me remito.

Biggie no entraba en temas complejos, profundos o pedantes, pero si era capaz de una cosa: narrar las historias de la calle como nadie.

Y no hablo solamente de su voz, su cadencia o las habilidades en la forma de rapear, sino en su talento natural para encajar pequeños detalles en sus letras que nos hacían (y nos hacen) teletransportarnos a la Nueva York de la primera mitad de los noventa entre trapis, fiestas, tiroteos, tirones de bolsos, apuestas en la calle y similares.

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Con su segundo álbum, BIG simplemente constataría y subrayaría un talento, aunque sumaría a sus -maravillosamente bien narradas historias- sus vivencias como nuevo rico. Ya saben que en el rap (o en las estrellas del género) conviven esas dos realidades de una manera genuinamente natural y fluida.

El triste asesinato de Biggie en medio del mayor beef de la historia del género no hizo sino acrecentar su leyenda y su status y hoy por hoy podemos decir que su legado ha quedado absolutamente reconocido. Y también en vida, no en vano el propio Michael Jackson lo llamó para colaborar en su álbum «HIStory» en 1995, un trabajo que acabó siendo el disco doble más vendido de todos los tiempos. Un récord más para Jackson y un signo de justicia más para Wallace.

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De esa manera, cualquier documental sobre Notorious BIG es algo que debemos correr a ver. No hablo únicamente de la mitomanía vacía o del culto al icono caído: se trata sencillamente de volver a disfrutar (o de conocer aún más y mejor) a un chaval que nació en Bedford-Stuyvesant (mismo barrio que JAY-Z, dicho sea de paso) y acabó convirtiéndose en mito eterno e irrepetible.

Y de entre todos los acercamientos posibles a Biggie, hay uno preciso, rico, complejo y cercano que supera al resto, me refiero al documental: «Biggie: The Life of Notorious BIG».

El filme (dirigido por Mark Ford y estrenado en 2017) es la pieza del puzzle definitiva para comprender el legado del artista, pero también como funcionaba su mente y como fue un hijo de su tiempo y del Brooklyn de los ochenta y noventa.

¿Es «Biggie: The Life of Notorious BIG» el mejor documental sobre el icono de Brooklyn?

Hay infinidad de documentales similares, series de ficción basadas en la realidad y muchísimo material audiovisual sobre el símbolo neoyorkino del rap, pero la mayoría se detienen en algo más morboso y superficial como las notables incertidumbres sobre su muerte, triste detalle que comparte con Tupac, el mártir de la costa contraria.

Ahí es donde radica la grandeza de «Biggie: The Life of Notorious BIG». El largometraje recorre las calles del barrio donde creció y se desarrolló Wallace a través de su propia voz y de las de sus más cercanos: su madre, Puff Daddy, Lil Cease, D. Roc, Mister Cee, Easy Moo Bee, Faith Evans o DJ Enuff. Es decir: los que conocen verdaderamente su historia y su modo de pensar.

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Es por ello que la sensación al ver la película es mucho más plena que en el resto de opciones posibles.

Uno puede entender el sueño de un crío proveniente de una familia monoparental cuyo sueño era ser una estrella de hip hop para prosperar, sus devaneos con las drogas como modo fácil de no sentirse un fracasado, y también su propia temprana muerte cuando se vio acorralado en un laberinto tan complejo que nadie te enseña a gestionar. Porque a toro pasado, todos sabemos mucho.

«Biggie: The Life of Notorious BIG» no es una novedad, pero era necesario hablar de ella. Una película que rezuma cariño pero también honestidad (a pesar de ser el único documental autobiográfico aprobado por la madre del artista)- y que significa la aproximación más certera y digna a un símbolo que es hoy tan grande (entre graffitis, murales, camisetas y merchandising que incluye figuras Funko ) que a veces se nos olvida que una vez respiró el mismo aire que nosotros.