En la BSO de “Street Fighter 2” estaban los mejores raperos del mundo
La tan manida frase de «segundas partes nunca fueron buenas» no es aplicable a la segunda parte del videojuego «Street Fighter» . De hecho, fue la secuela la que se convirtió en un símbolo mundial en las recreativas tras una primera parte que fue un éxito prácticamente sólo en Japón.
Tanto fue así que no mucho después (en 1994) se estrenaba «Street Fighter, la última batalla», dirigida por un tipo con cierta solvencia (aunque aquí no lo demostrase) que venía de curtirse en episodios de la legendaria serie de horror «Historias de la cripta», hablamos de Steven E. de Souza.
Para atraer a las masas -adolescentes- al cine se contó con ciertas caras conocidas, lideradas por alguien tan de moda en aquel momento como Jean-Claude Van Damme que era apoyado por otros como Raul Julia y -leen bien- la cantante Kylie Minogue.
«Street Fighter 2» estaba cargado de buen rap
La cuestión es que el hip hop era la música más de moda en 1994, por haber sido un año en que explotaban algunos de los artistas que harían historia (Nas, Wu-Tang Clan o Snoop Doggy Dogg) y no se podía dejar pasar la oportunidad de conectar con la juventud.
O mejor dicho, de venderles una película (y la banda sonora de la misma) donde estuvieran los mejores rappers del mundo, que era básicamente algo que no podrían ignorar. Marketing sencillo pero directo y al grano.
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Daba igual si en todo el videojuego no sonara ni una canción de rap y que estéticamente tampoco pareciese encajar. La pela es la pela (discúlpenme una expresión tan sobada) y había que hacer caja y para ello todos los jóvenes de Estados Unidos -y por ende del resto del mundo- tenían que hablar de la película.
De ese modo, para el disco del largometraje se contaría con Ice Cube, Nas, Ras Kass, LL Cool J, Craig Mack, Chuck D o The Pharcyde, han leído bien. Ni siquiera la estrella pop Kylie Minogue (que era una de las protagonistas de la película) tenía sitio en una banda sonora con una estrategia y un target tan concreto y definido.
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Dicho esto y con la -cierta- objetividad que otorga el paso del tiempo (y ha llovido bastante desde 1994) podemos decir que la banda sonora de la película «Street Fighter 2» fue lo mejor de la cinta y todo lo que la rodeó.
Porque, no nos engañemos, la película dejaba bastante que desear (fue una sonada decepción para todos los jóvenes de la época) y los años no han hecho sino confirmar y reforzar que se trataba de una absoluta basura a nivel cinematográfico.
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Eso sí, en su defensa podemos decir que los encargados de promocionarla musicalmente tuvieron el buen gusto de llamar a los mejores rappers de aquel 1994 y, además, encargarles material inédito para la banda sonora. Así que al final si hay algo en esa bazofia en forma de largometraje que podemos recuperar y disfrutar: las canciones de aquel CD, vinilo y cassette.
Al César lo que es del César.