Dipshit
Chris me dijo que quería darme una columna, un aterrador espacio en blanco para que hablase de lo que a mí me diese la gana. Mi hermano había escrito hace unos días unas líneas eminentes sobre niggas with attitude rockeando zapas vacilonas en los noventa. Entonces, yo estaba meando el pañal, por eso ahora llevo Vans o Roshe Run, pero el caso es que no podía ser menos. Todavía no me he hecho lo suficientemente famoso para que os interese mi historia, así que me puse a pensar mientras cocinaba una dorada a la sal en albornoz. Lo que comes te define, y afanar un batín de algodón en un resort de cinco estrellas para golfistas retirados en Ciudad Real es un retrato bastante gráfico de mi modus operandi.
Flipo con el cine francés, pero para muchos es aburrido, y hablar de Truffaut aquí sería pretencioso. No quiero molestar a Chirie Vegas. Soy un enfermo de la comida, lástima que Action Bronson se me adelantara con su canal de cocina. Además, ni mi barba ni mi barriga han alcanzado semejante estatus. Se me acababan los recursos, y hacer una review de Nothing Was The Same es una movida ascética que prefiero reservarme para la intimidad.
Para los que tengan la cabeza metida en el culo, estamos ante el grupo de rap más influyente en las tendencias actuales de la Gran Manzana, por eso A$AP Rocky se gasta 100 dólares en unos calcetines de Harlem World en el 12 de Mercer St.
Entonces, Complex me lo puso en bandeja. El águila más famosa de la costa este, una delicia de A-Trak junto a Oliver y Just Blaze que te enviaba volando a los días más gloriosos de Harlem, y el culo (ese culo) de JuJu que parecía el JFK esperando al avión del Presidente. Los que preferimos Hip Hop Is Dead que Agorazein estábamos de enhorabuena. The Diplomats había vuelto, o al menos estaba de vuelta durante un rato. Tres minutos y 35 segundos de magia con Rick Saiz, el mismo blanco que juntó a Beyoncé, Joan Smalls y Chanel Iman en el último vídeo de su excelentísima. “Harlem not for sale. Fight back”, rezaba un cartel en uno de los planos. Toda una editorial, y es que solo Dipset puede volver a traer a Dipset en 2014. Para los que tengan la cabeza metida en el culo, estamos ante el grupo de rap más influyente en las tendencias actuales de la Gran Manzana, por eso A$AP Rocky se gasta 100 dólares en unos calcetines de Harlem World en el 12 de Mercer St.
Cam’ron sonreía con la cara llena de dinero, Juelz estaba en el estribillo y Jim Jones hacía su aparición estelar en un plano final que inundaba las 27 pulgadas de nostalgia. Pelos de punta y Paloma Elsesser escupiendo una Old E. ¿A quién le importaban los bofetones de Solange al jefe de la ciudad? Dame Dash, mano derecha de Jay Z durante años, y uno de los responsables del éxito de Dipset la pasada década, tampoco se lo quiso perder. El productor se encargará de liderar el próximo proyecto de Killa Cam, que llegará a principios de verano. Orgullo de Harlem y un aviso para los chicos de la best coast: si te sientes el número uno ve preparándote para bajar al segundo escalón del podio. Dipset es vuestro padre.
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