Por qué el mundo le debe una disculpa a Michael Jackson

Michael Jackson fue uno de los artistas más grandes y también complejos de la historia de la música. Sin embargo, su legado estuvo empañado durante años por acusaciones graves de abuso infantil, que afectaron tanto a su imagen pública como a su vida personal, llevándole (muy probablemente) a su muerte prematura.

Aunque en su momento las acusaciones fueron tomadas como verídicas por muchos, la revelación de documentos del FBI y el hecho de que todas las acusaciones fueron desestimadas, obliga a la sociedad a replantear la forma en que trató a Jackson y, en última instancia, a ofrecerle una disculpa colectiva.

Como saben, en 2005 Jackson fue sometido a juicio en un caso por supuesto abuso, y en ese proceso judicial fue declarado no culpable de todos los cargos. Sin embargo, la sombra de estas acusaciones continuó persiguiendo su imagen, especialmente después de su muerte en 2009. El juicio, aunque muy mediático, acabó siento una acusación sin pies ni cabeza y  demostró que la madre del menor solo quería recibir una inmensa cantidad de dinero.

En 2019, el documental «Leaving Neverland» reavivó la controversia, presentando nuevas acusaciones de dos hombres que afirmaban haber sido abusados por Jackson cuando eran niños. No obstante, el paso del tiempo y la falta de evidencia concreta continúan desmantelando estas alegaciones. Además, los dos tipos pidieron una gran cantidad de dinero para así no llegar a juicio.

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Por si no fuera suficiente, el FBI hizo públicas docenas de documentos que confirmaron que Jackson nunca mostró interés sexual por menores, además de descartar las acusaciones que lo vincularon con conductas inapropiadas. Estos informes detallan investigaciones minuciosas (como todas sus visitas a internet, tanto desde sus ordenadores como desde su iPhone) que concluyen que no existe ninguna prueba ni ningún indicio para procesarlo por los crímenes de los que fue acusado.

El daño que sufrió Michael Jackson por estas acusaciones no fue solo mediático, sino también emocional y profesional. Es hora de que el mundo reconozca que un hombre cuya única «culpa» era ser una figura pública particular y vulnerable ante las críticas, merece una disculpa colectiva.

El legado de Michael Jackson debe ser evaluado de acuerdo con su talento, contribuciones a la música y su ayuda a los más necesitados, y no por rumores infundados que nunca fueron probados y sí rotundamente demostrados como falsos y maliciosos.