«El gran hackeo»: Facebook y la relatividad de la democracia hoy día
Cuando llegó Internet, o mejor dicho, cuando se instaló casi en cada hogar del mundo, nos dijeron que iba a ser una especie de democratización de la comunicación.
Si antes de eso solo los profesionales tenían el modo de ser altavoces de un pensamiento, criterio o ideología, ahora cualquiera desde el calor de su hogar podía lanzar una opinión o incluso convertirse en una estrella sin pasar por los filtros tradicionales (léase prensa física, radio o televisión).
Pero, como suele ocurrir, con el auge de las redes sociales -y especialmente de Facebook- alguien vio el filón de estudiar y analizar todos nuestros datos, crear patrones de comportamientos y construir las herramientas para que votemos lo que ellos quieren.
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Y de eso va «El gran hackeo» (The Great Hack), un maravilloso y terrorífico documental de Netflix que explica la victoria de Trump, del Brexit y de muchas otras votaciones a lo largo y ancho del mundo.
Sin entrar en demasiados spoilers, el filme nos cuenta cómo una empresa (cuyo nombre es Cambridge Analytica) posee tanta información personal de humanos reales con nombre y apellido a través de Facebook que es capaz de ver cuáles son tus dudas y debilidades y bombardearte personalmente hasta moldear tu ideología y que votes lo que ellos quieren.
O, mejor dicho, que votes lo que los partidos que la contratan (normalmente de derechas o ultraderecha) quieren que votes: a ellos mismos.
El moldeo de tu ideología por terceros a través de Facebook
Y de ahí se explican muchas cosas que ya intuíamos. Cómo la gente más vulnerable económica e intelectualmente acaba votando opciones que no solo no les ayudan, sino que los mantienen en su propio status como una especie de condena, mientras que los beneficios fiscales y legales llegan a los del otro lado del escalafón.
«El gran hackeo» explica con nombre y apellidos quiénes están detrás de gran parte de la manipulación diaria y personal que se nos hace a través de Facebook, y que es más agresiva cuanto más likeamos, compartimos y escribimos en ella, y cuanto menos fuertes somos a nivel cultural y moral. Ahí es cuando nos convertimos en víctimas potenciales de esta empresa y de sus contratantes.
Como documental es notable, es valiente, es explicativo de un modo sencillo y también es terrorífico, porque reitera algo que ya sabíamos: nuestros datos, aficiones y gustos personales (incluso conversaciones privadas) se compran y se venden al mejor postor y su precio es a día de hoy mayor que el del petróleo.
Bienvenidos a un mundo en que no tomamos ni nuestras decisiones.
También peliagudo, pero de otra manera, fue todo el asunto de A$AP Rocky siendo detenido en Suecia, del que ahora conocemos más detalles.