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Opinión

«El Rey de Zamunda» está de vuelta y llega por todo lo alto

Por JD Romero / 06/03/2021
«El Rey de Zamunda» está de vuelta y llega por todo lo alto

Seguro que estás viendo por todas partes algo sobre «El Rey de Zamunda». Si no entiendes a qué viene el hype y no sabes a qué te expones viéndola, estás en el artículo correcto.

Aunque no debería tener que decir esto (por mínima cultura general), «El príncipe de Zamunda» (John Landis ) es una de las películas más divertidas, entrañables y llena de moralejas y lecciones —aun siendo tan comercial y accesible— de los años ochenta.

Escrita y protagonizada por Eddie Murphy, nos demostró que aquel tipo genial en los monólogos era muchos más hábil, inteligente, trabajador y talentoso de lo que habíamos pensado.

¿Merece la pena jugar con la infancia y ver «El Rey de Zamunda»?

La cinta, contaba como el príncipe (Murphy) de un país africano llamado Zamunda viajaba hasta Nueva York junto a su ayudante (el también legendario Arsenio Hall) para hacerse pasar por una persona anónima e intentar encontrar a una mujer que lo quisiera por sí mismo.

La película no solo fue un éxito de taquilla, de alquiler y de emisiones en TV (no hay Navidad que no la emitan), sino que convirtió muchas de sus escenas en icónicas, como la actuación del grupo musical Chocolate Sexy o los hilarantes diálogos en la barbería.

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Lo que quizás no esperábamos es que más de treinta años después del estreno de la película original se anunciara la secuela.

Como saben, Amazon Prime financió esta esperada segunda parte y nosotros teníamos sentimientos encontrados al respecto: por un lado siempre apetece volver a Queens y a Zamunda de la mano del príncipe Akeem, pero por otro es mejor dejar las cosas tal como están, cuando ya son inmejorables y perfectas.

De cualquier modo, la película se estrenaba y servidor corría a verla, al fin y al cabo, uno tiene la sensación de haber crecido con los personajes (tanto principales como secundarios) de la película original. Y la sensación final es muy parecida a la de la mayoría (no con todas) que uno tiene con estas secuelas tardías.

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Fortalezas y debilidades de la secuela de «El Príncipe de Zamunda»

Dirigida por alguien eficiente como Craig Brewer («Black Snake Moan», «Yo soy Dolemite»), «El Rey de Zamunda» nos cuenta —y esto no se considera spoiler, es la sinopsis oficial— cómo el príncipe Akeem deberá volver a Queens para encontrar a su bastardo primogénito, del que no conocía su existencia. Un guión que sobre el papel repite los esquemas de la primera película, aunque no tanto en la práctica.

En teoría, «El Rey de Zamunda» tiene las mismas virtudes que su predecesora: Murphy y Hall haciendo de varios personajes, cameos de famosos (Teyana Taylor, En Vogue, Salt-N-Pepa, Rick Ross,…) y el humor de personajes desubicados, esta vez a la inversa: los neoyorkinos de clase baja en un palacio real.

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La película se esfuerza, tiene gags, los actores tienen un carisma brutal (la mayoría de clásicos de la primera aquí repiten) y tiene ritmo, aunque —y esto era casi de esperar— no nos produce las mismas sensaciones que la original.

Habría que revisionarla más veces, pero uno diría que con la sensación de sorpresa completamente diluida se pierde bastante. La repetición de esquemas puede funcionar si se le añaden suficientes ingredientes extras, tal como hizo Stallone en «Rocky Balboa», de 2006.

Y la cosa es que la secuela parece tenerlo todo, e incluso las alusiones a la identidad del barrio funcionan bien, pero uno no puede evitar compararla con la de 1988 y entonces es cuando pierde. Y es una pena, el largometraje de Amazon Prime entretiene, divierte y sus ciento diez minutos de duración se pasan volando, pero uno tiene la sensación de que se trata de un chicle estirado. Es una emoción injusta que un servidor es incapaz de controlar.

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Aun así, «El Rey de Zamunda» es ágil, fresca y actual y sus personajes llenan la pantalla sobremanera, incluyendo los nuevos actores. De modo que si tienes a la primera película como un clásico indiscutible, debes ir a ver cómo sigue la historia.

Y si no has visto la original, entonces sí que debes correr y hacerte una maratón con las dos. Esta nueva película no es una obra maestra, pero tiene suficientes virtudes como para dedicarle una tarde de finde.