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Opinión

Salí de fiesta con unos húngaros y acabé esnifando alcohol

Por Quentin / 26/09/2016
Salí de fiesta con unos húngaros y acabé esnifando alcohol

Salir de fiesta en Hungría se debe convertir en un must para todo el mundo.

En un país donde el salario mínimo se sitúa entorno a los 350€ pero los precios de las consumiciones en general están a la par que en España, los húngaros han desarrollado técnicas nunca antes pensadas, y que si no hubiera visto con mis propios ojos jamás me hubiera creído. Es probable que tú tampoco vayas a creerte mis palabras, por lo que hold on, ya que este artículo viene con pruebas visuales.

Los húngaros son la polla. No hay más. Nada más conocerles vi que la noche iba a ser larga y albergar horrores (y no me equivocaba).

No hizo falta esperar mucho a que el alcohol hiciera efecto, ya que ellos fueron los primeros que ofrecieron desde el minuto uno, y me incitaron a mí y a mis compañeros a que probásemos una de sus tradiciones más recónditas: esnifar una especie de Jägermeister.

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El rey del snorting y su homie Hubertus

ST. Hubertus, ¡oh, glorioso ST. Hubertus! No sabía lo que me esperaba y cómo la palabra snortear iba a quedarse grabada en mí para toda la vida, pero comencemos con un poco de historia.

(…) desde el minuto uno me incitaron a mi y a mis compañeros a (…) esnifar una especie de Jägermeister


Puta mierda de imitación del Jäger, más caro que el Jäger, y que sabe peor que el Jäger (aunque por la nariz tastes so good). Es un licor húngaro nombrado en honor al santísimo patrón de los cazadores, con más de cien años de historia.

¿Me dejas que te esnife, ciervo?

Hasta aquí todos de acuerdo, pero ¿por qué esnifar alcohol?

Conseguí sonsacarle al Rey del Snorting la historia de la tradición.

Debemos desplazarnos hasta Szolnok, una recóndita ciudad húngara en donde, por lo visto, cuando la gente se reúne llevan a cabo este ritual «para mostrarse respeto unos a los otros«. Como decir: «Hey, ven y tomemos algo juntos, no porque será la mejor sensación del mundo sino para mostrar nuestro respeto el uno por el otro y que queremos conocernos y ser felices en este momento». El Rey del Snorting no recuerda el origen de este rito; en sus palabras: «era demasiado pequeño cuando vio a la gente haciéndolo por primera vez», y simplemente le dijeron que era una tradición a mantener… Así que snort, snort, snort.

El método es simple: coges una cuchara llena de Hubertus y te lo metes pa la napia.

Y ahí ya comienza la fiesta.

Ardor en la nariz y un chute directo al cerebro que te hará arrepentirte durante las próximas horas de lo que acabas de hacer, en palabras del Rey: «la segunda, tercera y cuarta vez no serán tan malas«.

Que te deja un dulce olor a hierbas decía el cabrón… ¡Los cojones! Lo que te deja es un ardor como si te hubieses esnifado alcohol de quemar en llamas. La versión hardcore pasa por que dejes a un lado la cucharilla y tires directamente del tapón de la botella, aunque mi nariz agradecerá el no haber probado that way.

Para él y para ella, el alcohol en Hungría es caro, caro de cojones. A ver, no es Inglaterra, pero en un país en el que el menú ahorro del McDonald’s cuesta la friolera de 1.8€, pagar 15 euros por una botella de Jägermeister de 70cl se antoja caro.

Quizás por esto sea por lo que los húngaros más recónditos se hayan tirado a este método de colocación, en el que una simple cucharilla hará que te arrepientas más que todo el alcohol de la noche.

Que te deja un dulce olor a hierbas decía el cabrón… ¡Los cojones! Lo que te deja es un ardor como si te hubieses esnifado alcohol de quemar en llamas.

La noche siguió transcurriendo mientras que los locales seguían de vez en cuando practicando su ritual.

Si me engañas una vez es culpa tuya, pero si lo haces dos es culpa mía, por lo que preferí reservar mis fosas nasales para productos menos hirientes (o que al menos me ofreciesen unos mejores resultados).

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El Jägermeister este de palo

Así que ya lo sabes, si alguna vez tienes la oportunidad de visitar Hungría, déjate de Parlamento, termas y mierdas y vete directamente a probar una de las maneras de colocarse más locas de Europa.

Como créditos, os he hablado mucho del Rey del Snorting y sólo lo habéis podido apreciar en una vaga foto, por lo que se ha prestado para crear este tutorial por si queréis emular sus locuras en vuestra casa (la cara de su reacción es de felicidad sin duda).

¡Larga vida al Rey!