¿Por qué ‘Only built 4 Cuban linx’ de Raekwon es una obra maestra atemporal?
En 1995, los miembros de Wu-Tang Clan habían pasado de los trapicheos de poca monta en las calles de Staten Island (‘Shaolin’ en el universo propio de la banda) a ser el grupo más subversivo del hip hop en mucho tiempo.
El plan de RZA era sencillo: colocar a cada uno de los miembros de la banda en un sello discográfico diferente para que las ramificaciones del grupo fuesen casi infinitas y de camino eliminar de un plumazo un atascamiento grupal de carreras en solitario si alguno tenía una discusión con sus jefes. RZA les habia dicho años antes: «si hacéis lo que os digo todos nos haremos millonarios», y así estaba siendo. Ahora tocaba la segunda parte del plan, la de los discos en solitario de -casi- todos los miembros.
Raekwon fue desde el principio uno de los miembros más hábiles y lúcidos a la hora de rimar y su contrato fue con la legendaria Loud Records, que en aquella época estaba editando discos maravillosos a numerosos artistas. Loud poseía ese compendio entre sacar a la venta discos callejeros de tremenda calidad y credibilidad y Raekwon se ajustaba perfectamente a ese molde.
De esa manera, Raekwon se metió en el estudio (junto a Ghostface Killah, que aparece en prácticamente todos los temas) y sacó a la venta ‘Only built 4 Cuban linx’, un disco que significaba el súmmum de lo que Wu-Tang Clan podía dar de sí y hoy una pieza legendaria de la historia del rap.
¿Qué convierte este disco en una obra maestra atemporal?
Entre samples de soul (unos deconstruidos, otros prácticamente enteros), novedosos juegos de percusiones, trozos de películas de Kung Fu y sonidos de videojuegos retro y similares, Raekwon llevó a un nuevo nivel el «rap mafioso».
Mezclando la mitología de las películas de gangsters italoamericanos construyó un álbum con un universo propio en que sus rimas se fundían tan bien con las instrumentales (así como con los raps de Ghostface) que aun hoy día sigue sonando magnífico, intenso, real e inmejorable.
No en vano, Raekwon conoció a varios de lo que luego serían su grupo mientras trapicheaba en su esquina, por lo tanto conoce el lenguaje y la realidad de la calle igual o mejor que cualquier otro. La evolución de RZA a un sonido más complejo y cinemático fue asimilada a la perfección por Rae y Ghost como podemos degustar en el resultado final de esta obra de arte.
‘Criminology’, ‘Incarcerated Scarfaces’, ‘Rainy Dayz’, ‘Guillotine’, el remix de ‘Can it be all so simple’, ‘Glaciers of ice’, ‘Ice cream’, ‘Wu-Gambinos’ o ‘Heaven and hell’ son algunas de las piezas sobresalientes de este perfecto larga duración. Pero no demos lugar a engaños, el disco entero funciona como un todo sublime en que cada interludio, cada sample y cada verso es tan sobresaliente que forman un conjunto que puede considerarse la mayor obra de todo el universo de Wu-Tang Clan.
De esa manera, destacar sólo algunas canciones de este disco es como seleccionar escenas clave de una película perfecta. Para que funcione en su conjunto y con toda su brillantez ha de verse –oírse en este caso- al completo y preferiblemente en el orden que aparece en el disco.
Por si fuese poco para un album de rap crudo que vendió más de un millón de copias, Nas aparece colaborando en ‘Verbal intercouse’ (cómo no, también junto a Ghostface) siendo la primera colaboración de un miembro de fuera del clan en la historia del Clan. Un loop repetitivo de violín para otra de esas joyas atemporales que incluye el LP.
‘Only built 4 Cuban linx’ (cuyo nombre hace alusión a los grandes colgantes de oro así llamados) es un disco intenso, cargante y descriptivo como pasar unos días en el Staten Island de principios de los noventa. Los raps de Raekwon y Ghostface Killah casaban tan a la perfección que esto solo fue el inicio de una serie de colaboraciones que aun siguen hoy día (y que nos han dado tantas joyas en forma de canciones).
Un álbum que crece con el tiempo y que provoca que en cada acercamiento uno descubra una nueva rima de Raekwon o una nueva genialidad en forma de producción por parte de RZA. Si Wu-Tang Clan es una de las cosas más grandes que nos ha dado la historia del rap, el primer disco de Raekwon puede ser la mayor genialidad -de muchísimas- que nos ha dado la banda y sus numerosos artistas y grupos satelites.
Wu-Tang forever.
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