Review de «Good Times», el esperado reboot de Netflix

«Good Times» fue una popularísima sitcom estadounidense que se emitió desde 1974 hasta 1979 y que no solo tuvo un inmenso éxito, sino que fue pionera al tratarse de una producción casi enteramente afroamericana.

La serie contaba la vida de James y Florida Evans, un matrimonio que intenta sobrevivir en un barrio humilde de Chicago junto a sus tres hijos. A su vez, la producción era un spin-off de «Maude», otra accesible comedia de situación de la CBS, que fue emitida desde el 72 al 78, también con gran éxito de audiencia.

Debido al impacto y a la influencia de la «Good Times» original (hoy todo un reivindicado clásico), Netflix decidió realizar un reboot de la misma en formato animación (y bastante reactualizado), no solo por acercarse mucho más a «Padre de familia» o a la desaparecida «El Show de Cleveland» (que tanto echamos de menos), sino también por tomarse una serie de licencias que hacen que el parecido con el producto original de los setenta esté en el nombre y no mucho más, aunque eso no tiene por qué ser negativo.

«Good Times» de Netflix oscila entre el pretendido feísmo de «Rugrats», los detalles surrealistas del ecléctico Seth Macfarlane y las reivindicaciones de la infravalorada «The Vince Staples Show» en una mezcolanza que chirría al principio y funciona después, aunque tampoco sacaremos el Dom Pérignon mientras la vemos.

Entre escuetos homenajes a la serie original, referencias al hip hop y ciertos mensajes sociales, uno descubre que la utilización de la marca en este reboot es más una estrategia que una continuación de la esencia de la producción de los setenta, algo que no es que sea negativo, pero que quizás nos confunde.

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Con un padre taxista que no llega a fin de mes, una madre que intenta mantener cierto orden familiar, un hijo menor que vende drogas y dos adolescentes reivindicativos en lo social, la serie aprueba mediante recursos originales, historias funcionales (pero bien ejecutadas) y un equilibrio entre la mínima subversión creativa y el conservadurismo artístico de Netflix, consciente de ser un gigante global.

«Good Times» acierta en su valentía, en el modo y en la forma. Por supuesto, no es tan lúcida como «Rick & Morty» la genial «Bojack Horseman» o «Bob’s Burger», pero merece la pena entre el humor de sal gruesa, los breves retazos de brillantez y su completa fotografía del día a día en las viviendas de protección oficial del país de las barras y las estrellas.