«Sky’s the Limit»: la historia completa tras el hit de Biggie
Cuando Christopher Wallace aka Notorious BIG aka Biggie Smalls fue asesinado en marzo de 1997, el rap mundial se puso de luto. En aquella época se achacó a la guerra de costas que asolaba el mundo del rap en Estados Unidos, aunque luego supimos (por mucho que intentaran torpedearlo desde el Departamento de policía de Los Ángeles) que lo más probable es que detrás de todo anduviera alguien llamado Marion y apellidado Knight.
Fuera como fuera, Biggie estaba recién muerto y el genial director Spike Jonze (responsable de las maravillosas «Her», «I’m Here» o «Donde viven los monstruos») fue a Bad Boy con una magnífica idea: intentar recrear el estilo de vida del recién fallecido Biggie Smalls pero con niños que se parecieran a él, a Puff Daddy, a Lil Kim e incluso al grupo de R&B 112.
Por supuesto, ese lifestyle que se mostraba era el amplificado que se proyecta en los clips. Es decir: mansiones, limusinas, mujeres, puros cubanos, botellas insultantemente caras y el resto de la parafernalia que ya está convertida en un tópico.
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La historia tras «Sky’s The Limit» de Biggie
No en vano, «Sky’s the Limit» («El cielo es el límite») hablaba de todo eso: de empezar en lo más bajo y llegar a lo más alto.
Una historia tan veces repetida en la historia del hip hop como estimulante y motivacional. Para eso es completamente cierta y no hay que quitarles ni un poco del mérito a sus protagonistas.
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A pesar de que el mundo entero aún estaba intentando asimilar que el mejor rapero del planeta se había ido para siempre y de la manera más salvaje, lo cierto es que el clip es capaz de sacarnos una sonrisa. Hoy en día puede que sea lo normal, con la distancia y el filtro del tiempo, pero en aquel momento fue una jugada elegante, bonita y tremendamente creativa. Para eso estaba nada más y nada menos que Jonze tras las cámaras.
La canción, producida por alguien tan icónico como DJ Clark Kent, fue el tercer single del fantástico disco doble ‘Life After Death’ y en poco tiempo fue certificado como disco de oro. Debido a su musicalidad y a ser suave y accesible (aunque la letra no lo fuera tanto), la canción también triunfó en las listas de Alemania, Canadá, Noruega o Nueva Zelanda.
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Una beat genial, una letra fantástica y un vídeo bonito hicieron que la canción (y el disco doble del que provenía) se vendiese como rosquillas. Y es que ya lo decía Biggie (aunque en realidad eran 112) en el estribillo:
«El cielo es el límite y sabes que puedes tener lo que quieras, ser lo que quieras».