Roc Marciano: ¿quién dijo que el rap había muerto?
Para la mayoría de los que conocen al artista llamado Roc Marciano (nacido en 1978 como Rakeem Calief Myer) sería fácil definirlo: sonido clásico, oscuro y envolvente, probablemente inspirado en Group Home, los Mobb Deep más clásicos o Raekwon, pero sin hacemos un análisis más exhaustivo de su música y su carrera en solitario nos damos cuenta de que su figura es bastante más compleja.
El inicio de algo grande
Exmiembro de los FlipMode Squad de Busta Rhymes (entró tras la salida de Lord Have Mercy) y con membresía en otro grupo underground posteriormente y diversas -aunque contadas- colaboraciones musicales, Marciano se apartó de todo y de casi todos para labrar su propia carrera; una trayectoria absolutamente definida musical y líricamente en la que además es el productor de la mayoría de sus temas.
Parece claro que Roc Marciano necesitaba su propio espacio para crear un lugar de libertad en el que es una de las pocas almas libres de la industria musical estadounidense, admirado por artistas como el propio Busta Rhymes, Schoolboy Q o Toteking en nuestro país, e ignorado por gran parte del público y el establishment.
Son precisamente esas características tan concretas como maestro de ceremonias y productor (incluso estéticas) las que han acabado por reivindicarlo a pesar de estar mucho más cerca de los OGs que muchos han acabado por ignorar, dirigidos inconscientemente por una industria que aleja a casi todo lo que no sea un títere explícita o implícitamente.
Una mentalidad diferente
Pero para entender esta trayectoria tan peculiar y rompedora en unos tiempos donde manda el canon contrario quizás tenemos que comprender la mente de la persona tras el artista. Roc Marciano es un digger de vinilos y samples a la vieja usanza, graba sus álbumes casi sin mezclar y masterizar y prácticamente sin añadir cajas, bombos y bajos (algo absolutamente inusual hasta en el rap más clásico y atemporal) y suele enterrar su voz en el beat, al contrario que la mayoría de MC’s tradicionales de los que él mismo bebe.
Roc Marciano es un músico de culto y curiosamente es venerado en redes sociales por artistas y medios reconocidos o con millones de seguidores (caso de Schoolboy Q, Busta Rhymes, DJ Muggs, 2 Dope Boyz, DJ Premier, Alchemist o incluso Complex Music o XXL Mag) lo que demuestra que es mucho más valorado por profesionales que por el público habitual, aunque cualquier fan del rap que haya vivido en la tierra los últimos ocho años conoce a Marci, o debería hacerlo.
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Quizá su impacto es menor porque no colabora con artistas que se salgan excesivamente de gustos similares (e incluso que no sean colegas) y al no tener empeño en crear hits ni comerciales ni de corte más ‘boom-bap’, sus conciertos no son numerosos ni en salas grandes, lo cual nos da una idea aun más concreta de su personalidad.
Puede que por eso se niegue a definir su música como rap clásico o vieja escuela, ya que también se aleja de ciertos cánones aceptados por los géneros mencionados, especialmente en las ausencias de percusiones más definidas y superpuestas al loop original.
El futuro de Roc
Un sonido sucio, envolvente y característico que -salvando las distancias técnicas citadas- se acerca a Madlib, J Dilla (más al primero que el segundo) y que ha influenciado claramente a artistas como Westside Gunn o Griselda Gang. Una música totalmente de barrio y que ha hecho recuperar cierta esperanza en todos los que pensábamos que el rap más cercano al ghetto estaba falleciendo y que pretende más encontrarse a sí mismo que seguir las directrices de la industria para acabar saliendo con una de las Kardashian.
Roc Marciano es una bombona de oxígeno para el rap de bloques de ladrillos, bancos del parque y plumiferos genéricos y una carta de amor al hip-hop en mayúsculas.
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