Probablemente necesites un Vogel en tu closet y no lo sabías
Cualquier amante de la moda debe tener más que asimilada una regla de oro para hacer que cualquier outfit alcance el siguiente nivel: «por favor, no te olvides de los complementos«. Bolsos, cinturones, joyas, relojes, accesorios en general, bienvenidos sean siempre -en su justa medida y en el lugar adecuado, claro-.
Una combinación de lo más sosa puede convertirse en el modelito del año si sabes jugar con lo que hay más allá de la ropa. ¿Ese vestido negro y aburrido que pensabas que solo te pondrías para el funeral de tus enemigos? Puede convertirse en la prenda perfecta un sábado por la noche si sabes con qué combinarla, créeme.
La onda con todo esto de los complementos va más allá de que puedan darle un lavado de cara a esos conjuntos que de primeras no te dicen nada. ¿En qué tipo de bolsa llevas normalmente tus cosas en el día a día? ¿Eres más de oro o de plata? ¿No llevas nunca reloj, o por el contrario tienes un cajón expositor con varios de ellos perfectamente ordenados?
Si de por sí la ropa que te pones representa toda una declaración de intenciones -te guste o no es así, sorry-, imagínate cuánto pueden llegar a decir de ti esos objetos que llamamos «accesorios», es decir, que no son elementales, que podrías no usar perfectamente y el mundo seguiría igual.
¿Qué es lo que quieres decirle al mundo de ti?
La manera en que vistes te define. (Plot Twist para superiores morales: sí, también el hecho de no pensar cómo te vistes dice mucho de ti lmao) Por extensión, los complementos que eliges para ponerte por la mañana, dicen también muchas cosas de tu mood -y tareas a afrontar- de ese día.
De todos ellos, probablemente el más sofisticado de todos -y símbolo de elegancia por excelencia- es el reloj. Una máquina precisa, pequeña y ligera que llevas a la muñeca y es tu aliada a lo largo de las horas, chivándote cuánto tiempo tienes por delante para hacer lo que quieres -o tienes, y si es ambas cosas, mejor- que hacer.
Este invento lleva con nosotros desde los tiempos de los egipcios, pero como dato, el primer reloj de pulsera se fabricó por encargo especialmente para la Reina de Nápoles en 1812.
Imagínate a la reina con todo el swag italiano a lo Sfera Ebbasta -al que, por cierto, también le flipan los relojes- diciéndole a la people de su corte: «bueno mi gente, miren, este cacharro que usamos para medir el tiempo está merviglioso pero para que el mundo vea que estamos en un next level, quiero uno para llevarlo siempre en la mano».
Y bueno, chavales, era la Reina de Nápoles, obviamente Abraham Louis Breguet -el tipo al que se le encargó esta locura– se dejó la piel en hacerlo lo mejor posible.
Un poco sobre la historia del reloj
Estaba difícil hablar con Breguet sobre cómo fue construir por primera vez un reloj de dimensiones tan pequeñas y que pudiera agarrarse cómodamente a la muñeca, pero sí hemos podido hacerlo con la gente de Vogel. De momento, solo vamos a haceros un pequeño avance para no abarrotaros la cabeza con información, pero seguro que veréis por dónde van los tiros.
No es para nada lo habitual, pero este equipo se dedica a crear su producto desde cero. No estamos hablando de material barato que llega exportado de otro país y se revende en España a un precio que genere beneficios. No.
Se diseña el producto desde la base, porque la gente de Vogel sabe que estas maquinitas tienen alma -un trocito de la persona que las luce, al menos- y son conscientes de que tienen que ser duraderas y consistentes.
Vale, puedes tener un reloj de plastiquete que se te empañe cuando se moja accidentalmente, o puedes tener uno que viva contigo los mejores y peores momentos de tu vida. No es lo mismo que tener que estar renovándolo cada dos por tres, ya te puedes imaginar.
La filosofía de Vogel es simple: disfruta de tu tiempo. ¿Podrías disfrutar de él si tienes que estar sufriendo porque tu reloj se rompe? Desde luego que no, debe ser un accesorio que te recuerde que estás aquí para pasártelo bien, no que te mantenga atado a la realidad -en contra de tu voluntad somehow-.
Para ello, los relojes Vogel tienen detrás los diseñadores más top del sector y se han visitado las fábricas más especializadas del mundo en busca del reloj supremo: algo a la altura de las mejores marcas pero adaptable también a la gente que vive al día. De un dodecaedro surge la magia: un diseño ergonómico, minimalista y elegante que eleva aún más el espíritu de aquellos que quieren y saben cómo disfrutar de la vida.
Encuentra el #mood de Vogel que mejor te pega
Está claro que no todos disfrutamos del tiempo de la misma manera: hay gente que prefiere tomar algo en una terraza fancy y otros escalar el Everest. A veces prefieres quedarte en casa viendo Netflix y otras salir a petarlo hasta las 6 de la mañana. Si eres de ese tipo de gente a la que le gusta tener estilo vaya donde vaya, seguro que hay un Vogel que puede acompañarte.
Para aquellos que no pueden perder ni un minuto y necesitan algo potente sin salirse de lo clásico, apostar por los tonos plateados y dorados -la gama CLASSY de Vogel- es la mejor opción.
Algo elegante y sencillo pero lo bastante sofisticado como para elevar esa declaración de intenciones de la que hablábamos antes.
Aquellos con un estilo más sport o casual y que no quieren algo demasiado excesivo para el día a día, encontrarán en la gama SPORT justo lo que necesitan. Negro, totalmente combinable y funcional. Todo lo que necesitas de un reloj, discreto pero muy atractivo a nivel visual.
Y para los que busquen algo fuera del molde, más en la línea general que marca la moda de hoy, los tonos cobrizos son posiblemente la decisión más acertada. Los encontramos en la gama TRYP, pensada para esa gente que vive con la inquietud constante de recorrerse el mundo y vivir lo más en el presente posible.
¿Sabes tu típico colega que siempre está de aeropuerto en aeropuerto? Pues este es su reloj.
Bonito y elegante pero menos clásico y más cosmopolita que el resto. Como veis, no mentíamos: hay un Vogel para cada persona (eso sí, para todas las que quieren disfrutar de su tiempo de verdad).
Veremos próximamente cómo se fabrica un reloj desde cerca y descubriremos mejor qué hay detrás de cada uno de los moods de Vogel. De momento, no están disponibles en ningún sitio, así que si no queréis perderos nada será mejor que les sigáis desde ya en Instagram (@vogel.watches ).
Si no podéis aguantar la espera para el lanzamiento, stay tuned ya que muy pronto sabréis cómo haceros con uno.
De momento, tenemos curiosidad, ¿con cuál te quedarías tú?
¿Sabes qué combinaría perfectamente con cualquiera de estos Vogel? Las nuevas Yeezy Boost V2.