¿Cómo es vivir dentro de Wu-Tang Clan? Analizamos el libro biográfico de U-God (con ciertos spoilers)
No cabe ninguna duda de que Wu-Tang Clan es uno de los grupos más grandes de la historia del hip hop. Sus virtudes son conocidas por todos y van más allá de la casi decena de miembros que tiene o ha tenido (con el fallecimiento de Old Dirty Bastard y la entrada oficial de Cappadonna).
El sonido Wu-tang es tan reconocido como imitado y las habilidades -en mayor o menor medida- de sus miembros para rimar son objetivas. Por si fuese poco, su imagen y logotipo han trascendido a los fans estrictos del rap, y es que podemos encontrar camisetas con el logo del super grupo en multinacionales como H&M y similares. Hoy son un icono más grande de lo que probablemente habían imaginado.
Cuando un grupo se hace tan legendario como la banda de la que hablamos, nos solemos preguntar muchas cuestiones acerca de sus orígenes (más allá de los acercamientos superficiales que se hacen en las entrevistas o en Wikipedia), su evolución, la relación entre los miembros, el proceso de la pobreza a la riqueza, las técnicas de escritura o producción…
De ahí a que siempre sea interesante la edición de un libro como la biografía de uno de los miembros, aunque se trate de uno de los integrantes menos populares.
Leemos «En carne viva, mi viaje con el Wu-Tang Clan» de U-God
Con anterioridad, el aquí firmante había leído «The world according to Pretty Toney» de Ghostface Killah (comprado en Manchester) y «The Tao of Wu» de RZA (comprado en Nueva York) pero uno tenía la sensación de que faltaba algo más.
El primero por ser básicamente un libro de fotografías dentro del curioso mundo de Ghostface y su lenguaje particular (los fans sabrán de qué hablo) y el segundo porque -aun adentrándose en su historia y en la del grupo- tenía una gran carga espiritual y de estilo de vida que aún siendo interesante sustituía de algún modo la información que uno deseaba encontrar sobre la banda.
De esa manera, la salida en español de «En carne viva, mi viaje con el Wu-Tang Clan» de Lamont ‘U-God’ Hawkins parecía ser la obra que saciara todas mis dudas acerca de uno de mis grupos favoritos desde mi niñez, tanto por su aportación como banda tanto por las discografías en solitario de sus integrantes.
Y así fue, editado en España por la editorial Sexto piso realidades y traducido (maravillosamente, todo hay que decirlo) por Milo J. Krmpotic, el libro es una biografía en toda regla y con pelos y señales tanto de U-God como de la banda, sus inicios, desarrollo y momento actual.
Lo primero que llama la atención en la historia es que cuando te dicen que eran pobres lo es en el sentido más literal y duro de la expresión. No deja de llamar la atención que el país más rico del mundo tenga a una grandísima parte de la población en la más absoluta miseria y eso lo saben bien todos los integrantes del clan.
Y en él descubrimos a fondo a U-God. Un niño nacido fruto de una violación, con una primera niñera enganchada al crack, una segunda que abusaba de él, un tío camello y viviendo en un barrio donde hasta para ir a la tienda de la esquina tenías que llamar a la policía porque te atracaban tres veces en el camino.
Una biografía narrada con lenguaje de la calle y en el que explica una infancia y adolescencia más que dura en que las peleas, los trapicheos con drogas (cada vez a más nivel) y las entradas y salidas de la cárcel eran lo habitual.
Y cómo no, muchas de las partes más interesantes del libro se centran en su profunda amistad desde niño con Method Man (pasaban muchísimo tiempo juntos), Raekwon (que vendía droga en una esquina cercana), RZA (el que sacaba mejores notas y más alejado estuvo de la droga), un macarra apodado Ghostface, Cappadonna (el que mejor rapeaba en aquellos tiempos), GZA (primo de RZA), un loco llamado ODB (literalmente lo llama así) y el resto de miembros.
Un grupo de desamparados que pasaron de la pobreza más absoluta a convertirse en leyendas.
Y de la desesperación por sobrevivir a la fama, el dinero y las peleas internas. Con todos sus miembros con carreras en solitario, a menudo muchos faltaban a sus obligaciones como banda (sentimiento en común que encontramos en la biografía de RZA y también en la de U-God) porque sus egos eran ya gigantes.
Como es de esperar, también encontramos las diferencias económicas, el autor nunca ha cobrado ni un centavo de una marca de ropa con más de veinte años de historia como ‘Wu-Wear’ y ni siquiera sabe por qué legalmente no puede utilizar el logo de la banda para fines propios (a menos que utilice variaciones) ni quién se lleva el dinero de todo eso.
Un libro con un lenguaje callejero en que descubrimos a un U-God mucho más inteligente y lúcido de lo que esperaba, un tipo que tuvo que hacer una serie de cosas para sobrevivir pero que no hace alarde de ellas.
Un artista que reconoce sus irregularidades musicales pero que siempre ha puesto empeño en mejorar como escritor y que reconoce el mérito de Method Man por ser el que desde el principio se lo tomó de manera más profesionalizada y a RZA -a pesar de sus demandas económicas- por tener la suficiente insistencia en que si hacían lo que él decía todos acabarían siendo reconocidos, ricos y famosos.
Se agradece absolutamente la edición en nuestro idioma de un libro así. Una traducción impoluta para una lectura amena y agridulce debido a la triste realidad que narra durante las primeras dos décadas de su vida. Si eres fan de Wu-Tang clan o del rap en general esta lectura es completamente recomendable tanto en los apartados musicales como en los de las vivencias. Notable.
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