Diez años sin Michael Jackson: entre el legado y las fake news
Hace diez años, poco después de la muerte de Michael Jackson, hablaba con un amigo crítico de cine sobre el tema. Mi amigo -cuyo nombre es Carlos- me decía que la muerte del «rey del pop» era el 11-S de la cultura general.
¿Qué quiere decir esto? Que todo el mundo lo recordaría y diría «¿Donde estabas tú cuando murió Michael Jackson». Efectivamente, así ha sido. Con una década de distancia y con el nivel musical y social actual podemos decir que la figura artística del pequeño de los Jackson Five hoy día es aún más valiosa.
¿Dónde estabas cuando nos dejó Michael Jackson?
Analizar la figura musical y artística de Jackson es tan complicado como, a la vez, sencillo. Prácticamente basta con desgranar todos los puntos con los que juzgamos a un artista, y vemos que Michael está a años luz del resto. Escritura de canciones, producción musical, creaciones audiovisuales, baile, nivel en los directos o vestuario.
Quizá su problema es que llegó a ser tan grande que, durante mucho tiempo, fue subestimado como artista ecléctico, prematuro e hipervalioso. Los árboles no nos dejaron ver el bosque.
Y es que, como decía una famosa poetisa afroamericana, «la música de Michael Jackson es la única que podemos disfrutar mi abuela y yo juntas», refiriéndose a la universalidad de la música y el mensaje del artista.
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No en vano, el cantante bebió del mejor soul, funk y r&b -Motown- de primera mano. Sin embargo, poco a poco fue incorporando gospel -en ‘Man in the Mirror’, ‘Heal the World’, ‘Will you be There’, ‘Keep the Faith’ -, rock -‘Beat it’, ‘Give it to Me’-, rap -‘Jam’, ‘This Time Around’, ‘Unbreakable’-, música clásica -‘Gone Too Soon’, ‘Childhood’ , ‘Little Susie’-, new jack swing -‘She Drives me Wild’, «Can’t Let Her Get Away» -.
Prácticamente todos los géneros y subgéneros que puedan encajar para mejorar, amplificar y perfeccionar una canción y lo que se quiere transmitir con ella.
Michael Jackson: la definición de eclecticismo
Quizá por eso el impacto emocional de Jackson es tan grande, desde niños con cuatro años que lo imitan a octogenarias que lloran al ver su figura de cera.
En un mundo donde se fomentan y apoyan los conflictos bélicos, la no ayuda a los inmigrantes, la negación del cambio climático y la deforestación, Michael Jackson no sólo dijo que todo eso estaba mal, sino que lo dijo tan alto y claro que la única manera de olvidar su mensaje era financiar documentales donde un par de personas con un pasado bastante dudoso dicen haber sido abusados por el cantante.
Pero en el fondo da igual. Si bien internet y las nuevas plataformas pueden dar voz a sinvergüenzas, también sirve para dar voz a la verdad y hoy -desclasificados los documentos oficiales del FBI sobre once años de investigación al cantante- sabemos no solo que jamás puso la mano encima a un niño, sino que donó cuatrocientos millones de dólares a la beneficiencia a lo largo de toda su vida, récord absoluto cuando se trata de un artista.
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Han pasado diez años y, cuando analizamos la figura de Michael Jackson, nos damos cuenta lo grande que era como artista y como humanitario, pero también cómo ha cambiado el mundo a peor. Cómo nos dicen que miremos a un lado para que no prestemos atención a lo que de verdad se está haciendo y, a la vez, cómo se intenta transformar la figura del bueno en malo para que los villanos no nos parezcan tan perversos.
Cuanto más se privatizan hospitales, se fomentan conflictos bélicos por petroleo y para vender armamento, se institucionaliza el racismo y la homofobia y se normaliza el odio a diferentes, nos damos cuenta de lo necesario que es Michael Jackson. También nos percatamos de cómo es de importante hoy -diez años después- realzar su música y su mensaje.
Heal the world, make it a better place, for you and for me and the entire human race.
Hasta siempre, Michael.
¿Hasta qué punto benefician las colaboraciones entre artistas a la industria musical? Enteraos de todo aquí.