50 Cent y The Game intensifican más aún su beef en las últimas horas

Aunque en el rap estamos acostumbrados (por suerte o por desgracia) a los beefs, hay algunas que nos llaman la atención por lo que se alargan en los años. Y justo eso es lo que ocurre con el de The Game y 50 Cent, que lejos de aminorarse o diluirse, se hace cada vez más grande.

Y es que los dos rivales (que una vez fueron amigos) vuelven a la carga tras los premios Emmy recibidos por 50 (junto a Dr. Dre, Eminem, Snoop, Kendrick Lamar y Mary J. Blige) debido al genial show que dieron en el intermedio de la última Super Bowl, que tuvo lugar en Los Ángeles, casa de los Rams.

Tras recibir el galardón, Curtis Jackson aka 50 Cent publicó una foto en sus redes y se rió abiertamente de The Game, obviamente por la ausencia de este en el show de la final de la NFL. Tal como era de esperar, The Game respondió con varias fotos, riéndose de las cejas del de ‘Get Rich or Die Tryin’.

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La cosa continuó con 50 mofándose de las bajas ventas de ‘Drillmatic’, el último y esperado álbum del de Compton, que ha vendido el equivalente a 18.000 unidades en su primera semana. Lo cierto es que el último trabajó de The Game debutó con 25.000 discos vendidos y no 18.000 como dice 50, aunque la cifra sigue sin ser alta, la verdad.

Para ir aumentando aún más el conflicto, un vídeo ha ido surgiendo en las redes en las últimas horas en el que The Game llama «zorra» a 50 Cent, concretamente dice las siguientes palabras:

«Todavía sigo sin llevarme bien con 50 Cent, él es una zorra. No tiene arreglo ese n*gga. Es un capullo, voy a decir esto en Houston, lo diré en Nueva York, lo diré en cualquier parte, él es una completa zorra. Y me gustan sus series de televisión, tío, ponlas en internet»

Es curioso que en plena escalada de insultos reconozca que le gustan las series de 50. Ya saben que en los últimos años el neoyorkino ha estado más pendiente de producir series de éxito para Starz que de centrarse en la música. De cualquier modo, parece que dentro de 10 años seguiremos hablando de los dardos envenenados que se lanzan los dos artistas, en una especie de bucle infinito.