‘Brooklyn Zoo’: ¿la canción que mejor muestra el talento de ODB?
No deja de ser curioso que el precio de una vivienda en las calles de Brooklyn que el legendario Ol’ Dirty Bastard (1968-2004) describe en la mayor parte del maravilloso ‘Return to the 36 Chambers: The Dirty Version’ se ha multiplicado tanto que hay que ser millonario para poder adquirirlas. Por ejemplo, gran parte de Bed-Stuy y donde se encuentra el mural con su cara.
Ironías de la vida, los hipsters hicieron que Brooklyn pasara de ser un barrio de clase media y baja a todo lo contrario. Hoy encontramos en él restaurantes cool, cafeterías modernas, tiendas de cupcakes y solo un poco de lo que ODB y tantos otros nos contaban en las canciones no hace tanto.
Y es que, aunque hoy casi parezca mentira, Brooklyn en los noventa era mucho más salvaje… y también el contexto ideal para que surgieran muchos de los mejores rappers de todos los tiempos.
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Y de todas ellas, ‘Brooklyn Zoo’ no solo es una de las canciones que mejor describe (musical y líricamente, con esa energía explícita y descarada) ese Brooklyn de los ochenta y de los noventa, sino también una de las mejores canciones de la carrera de Ol’ Dirty Bastard. Lo cual se dice pronto.
¿Por qué ‘Brooklyn Zoo’ capta y transmite tan bien esa salvaje energía del Brooklyn de los 90?
No es decir cualquier cosa, porque su ‘Return to the 36 Chambers: The Dirty Version’ era —y es— un álbum fantástico de principio a fin, la prueba definitiva del talento natural de un artista que era una completa fuerza de la naturaleza y al que lo de rapear casi le nacía solo. Y eso que inicialmente era bailarín… Como lo leen.
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Aunque ‘Shimmy Shimmy Ya’ es otro de los temas más recordados y celebrados del L.P., ‘Brooklyn Zoo’ es capaz de teletransportarnos a aquel Brooklyn.
Las descripciones de ODB, sus estridentes entonaciones, el increíble beat (producido por True Master y el propio Bastard) y el vídeo —con esos primeros planos, las escenas en los pasillos desconchados y en los callejones— lo convierten en una obra magnífica y atemporal y en un notable ejemplo de la fuerza y la potencia que llegó a tener el género.
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Porque Ol’ Dirty Bastard fue capaz de llevar aún más allá la imaginería que RZA —y el resto— había creado con Wu-Tang Clan. De hecho, con el juego de palabras de su disco de debut, se nos explicaba de alguna manera que el clan era algo bastante más abierto, loco y flexible que beats agridulces, samples de kung fu y paralelismos con el ajedrez.
Darle al play a aquel álbum significaba adentrarse en un mundo aún más sucio y enfermizo.
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Si uno busca una canción que sea capaz de encapsular tanto el talento del tristemente fallecido (porque se fue con solo 35 años) ODB como un Brooklyn que también se fue y jamás volverá, ‘Brooklyn Zoo’ es la canción idónea para eso.
Y teniendo en cuenta todos los rappers que salieron de allí en aquellos momentos, esa afirmación tiene más peso y es más rotunda de lo que puede parecer.
Si quieres saber más sobre el grandísimo Ol’ Dirty Bastard, este artículo es para ti.