Detienen a dos extraños dentro de la mansión de Michael Jordan

Podríamos decir que Michael Jordan está de moda debido al reciente estreno de la magnífica «Air», aunque lo cierto es que no ha dejado de estarlo desde que debutó en la NBA. O mejor dicho, desde que lanzó aquel tiro en el último segundo cuando jugaba en la universidad de Carolina del Norte.

Sin embargo, hace unas horas que se ha colocado en todos los titulares por algo mucho menos agradable, y es que dos personas han sido detenidas por entrar en una de las casas de la leyenda del deporte. Se trata de un tipo de 18 años y de otro menor de edad. Ambos han sido arrestados por intentar robar en la propiedad del 23 de los Bulls.

Fue el jueves 4 de abril el día en el que Raiden K. Hagedorn fue detenido con cargos criminales por entrar en una propiedad ajena y por daños a la propiedad en lo que la policía ha calificado como un «robo en proceso». La identidad de la otra persona se mantiene oculta debido a que es menor de edad.

De acorde a diferentes medios , la policía llegó al lugar alrededor de las cuatro de la tarde y encontraron a Hagedorn y a su acompañante en la inmensa propiedad del estado de Illinois. En el momento en el que llegó la policía ningún objeto había sido sustraído de la propiedad del icónico jugador y tan solo había una ventana rota, por la que habían entrado los dos sujetos. Las dos personas han sido ya puestas en libertad.

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La -hoy histórica- propiedad fue construida por Michael Jordan en el año 1995 para él, su exesposa Juanita y sus tres hijos e incluye casa de invitados, bodega, gimnasio, cancha de basket y sala para fumar puros, entre otras muchas características especiales. El propio exjugador intentó venderla en 2012 por 29 millones de dólares, pero nunca fue capaz de hacerlo ni siquiera con un precio rebajado de 13 millones de dólares.

Nos alegramos de que todo haya quedado en un susto, de que los dos jóvenes no hayan sustraído nada y de que, por lo tanto, todo haya quedado en una especie de anécdota sobre una propiedad legendaria que nadie parece querer comprar, por mucho que el precio haya sido rebajado una y otra vez durante la última década.