D’Moors: honestidad, claridad y muchísimo fleyva #PICKS
La primera vez que oí hablar de D’Moors, me puso sus temas un amigo que baila con ellos en StreetLife . Me dijo: “lo están empezando a romper, Natalia, creo que lo que hacen está muy guapo”.
Honestamente, mis expectativas cuando alguien me recomienda un tema o a un grupo no suelen ser las más altas, no sé si es por precaución o por desconfianza, pero siempre procuro tomarme un tiempo para escuchar lo que sea con tranquilidad antes de juzgarlo.
Y, perdonadme la expresión, pero JODER, porque esta vez realmente me quedé sorprendida con lo que estaba escuchando. (Saraut y todo mi amor a David por la recomendación):
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El primer tema que me puso de Adnan y Fares, integrantes originales de D’Moors, es este ‘Ronaldinho’ con el que consiguieron empezar a llamar la atención en serio de bastante gente.
El corte es pegadizo a rabiar, y capaz de enamorar a cualquiera que haya pasado el suficiente tiempo en las calles de Barcelona, porque rápidamente identificará parte de la jerga y del imaginario de este grupo. Una de las cosas geniales que tienen los chicos de D’Moors es su esencia, tan viva y honesta que echa para atrás.
Si bien es cierto que podríamos encasillar ‘Ronaldinho’ entre sus temas más comerciales, incluso en él vemos reflejados unos sólidos valores y una visión clara sobre el mundo y la vida. Y, en cuanto uno decide empezar a sumergirse en el resto de música de D’Moors, descubre que esto es así en cada una de sus canciones, un leitmotiv que se repite a lo largo de su obra y que, sin duda, es fruto directo de la mentalidad de sus creadores:
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La vida, la calle, el baile y la música: el interior de D’Moors
Hablar con los chavales de D’Moors resulta inspirador, transmiten una vibra de conexión entre ellos y de honestidad con lo que hacen hacia afuera que es contagiosa y estimulante. En la actualidad, componen el grupo Adnan y Fares, los vocalistas principales, y Rokko Rosanegra y Esse100, sus impagables productores. Para cerrar el combo, cuentan con la ayuda de Humbert, su mánager, y Xina Stengel, su filmmaker.
Creo que en esta sociedad nos enseñan a ser competitivos y, como desde pequeños nos hacen formar equipos -en el colegio, por ejemplo- con los que realmente no nos entendemos, terminamos por pensar que el trabajo en grupo es un bodrio que solo genera conflictos. Vaya error de novatos. Esto no les pasa a los chavales de D’Moors, porque saben lo importantísimo que es tener un equipo con el que expandirse.
Adnan y Rokko, además de músicos, son bailarines, al igual que Fares, que no solo baila, sino que también boxea. Aprendieron muchos de sus valores bailando en la calle, algo que queda más que claro con el movimiento StreetLife, una crew de baile a la que tanto Adnan como Fares pertenecen desde sus inicios.
«¿Hasta qué punto influye el baile en la música que creáis en D’Moors?», les pregunto. Rokko me dice:
Es que sale solo, porque cuando yo hago el beat lo bailo, cuando se lo envío [a Adnan y Fares], lo bailan, lo cantan, y, cuando ellos lo cantan lo baila hasta Simone (Esse).
Nos reímos al unísono, y Esse interviene:
Nos estamos haciendo más conscientes de que esto es un poco nuestra fuerza. Entonces, al principio fue inconsciente quizá o es natural en parte, son bailarines, les nace cuando estamos en el estudio. Adnan no es producer, pero sabe siempre cuándo entra el bombo, me dice: «no, aquí, aquí no entra». Entonces ya desde la producción se piensa en esto del baile.
Esto nos llevó a hablar del baile como tal, de cómo se ve y se vive ese mundo en España, y cómo es en el resto de Europa, ya que Rokko y Adnan han viajado aquí y allá participando en distintas movidas.
[Adnan] Sabemos que la música siempre ha tenido baile, ¿no? Pero en España el baile callejero en la música mainsteam no está, no existe. No hay. Solamente es coreografía detrás del cantante, etcétera. Lo que tenemos nosotros es muy diferente, es un baile que parece que va a romper la cámara, parece que hay hambre cuando baila cada persona que sale en nuestros vídeos.
Cuando vas fuera, a otros lugares como Francia o Holanda, sitios donde hay muchas más generaciones de bailarines por delante de nosotros, ves el hambre que tienen. Ves que, aunque tengan una vida de mierda, con perdón de la palabra, aunque tengan dificultades, aunque tengan que bailar en un suelo roto, lo hacen, generalmente. Y aquí, no generalmente se hace eso.
Hay gente con hambre y gente con un talento que flipas, y a veces voy a lugares que dices «hay más talento aquí que en otras partes». Pero es que el trabajo gana al talento donde vayas, y aquí hay mucho talento, pero hay mucha gente que dice: «ya mañana practico, ya mañana practico», y de repente lleva cinco años haciendo el mismo paso.
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Todo esto se traduce inherentemente en la visión que se tiene en cada punto del globo o que guía a cada persona. Comentábamos con Rokko que la visión nacional está más inclinada hacia el consumidor y hacia lo que funciona en el mainstream, y puede que menos conectada con los orígenes, como sí pasa en otras partes del mundo:
Nosotros nos inspiramos mucho en raíces. Quizás también de otros lados, por ejemplo Estados Unidos, ya no solo de las que vienen ellos [Adnan y Fares], que son muy ricas, sino más raíces honestas como las de Atlanta, donde viene de verdad el trap. ¿Y ellos por qué lo hacen? Porque son así o porque viven así. ¿Y nosotros por qué lo hacemos? Pues porque somos así, vivimos así.
Ese tipo de visión, fuera a lo mejor sí es más real, es como que lo ves más honesto. En España a lo mejor es una visión distinta. No quiero faltar el respeto tampoco, pero es como que la visión industrial es más «a ver qué dice el pueblo», lo popular, y se nota en la danza, en la música, y en el arte en general.
Los chicos me dieron antes de nuestra entrevista una definición sobre su música que no creo ser capaz de mejorar: «hacemos música en español con palabras en árabe y una melodía arábica en las voces». Touché. Nunca es fácil para un artista encontrar las palabras que definen lo que hace, y menos de forma tan sintética y contundente, pero a la vista está que lo tienen clarísimo. Les pregunto de dónde sacan esas melodías:
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[Fares] Nos sale orgánico, con el oído, son nuestros orígenes. Para nosotros es natural, e incluso a veces cuando hacemos rap, cuando hacemos hooks, o preparamos beats, nos inspiramos siempre de esas raíces. Nos sale así a la hora de rapear, a la hora de cantar. Por ejemplo, con un beat de Rokko, que es rollo Atlanta, muy trap… Si coges ese beat y lo mandas a otra persona, seguramente te rapee totalmente diferente a como nosotros, que igual rapeamos, pero siempre va a haber una melodía árabe por naturaleza que nos sale.
[Adnan] Está claro que es por las influencias que hemos escuchado. ¿En mi casa se dice «hola»? ¡Se dice «hooolaaa»! [léase con esa melosidad que tiene el árabe] Todo está alargado en nuestra lengua, así que en nuestra música se refleja todo el rato. Entonces se te hace el oído, y cuando vas a cantar dices: «hostia, ¿pero por qué me salen estas cosas?»
[Esse] En sus temas siempre hay voces y coros por debajo, que a veces cuando muteo la voz principal y escucho solo la base y esas pistas secundarias digo, «podría funcionar también». Es un poco como una orquesta, ya no son sólo voces principales y el beat, hay un montón de cosas por ahí debajo que a lo mejor no se escuchan mucho, pero dan un sabor, un feeling muy interesante.
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El pasado y el futuro de D’Moors
D’Moors no siempre contó con la presencia de Rokko y Esse, y al principio de sus carreras, especialmente Adnan y Fares tuvieron que lidiar con algunos problemas a los que desgraciadamente se enfrentan demasiados artistas. ¿Qué prima, el amor por lo que se hace o el dinero? Si no lo tienes claro, o lo tienes claro pero el resto de tus colaboradores no, surgen los malentendidos.
Así, a pesar de haber despegado con una calidad y una motivación altísimas, el ver cómo sus proyectos iban perdiendo fuelle (por las esperas para grabar, por ejemplo), y sus valores básicos se veían afectados, D’Moors pasaron por unos meses de parón, currando en silencio. Incluso en esas horas bajas, consiguieron mantener su ratio en más de 2.000 oyentes mensuales, una cifra interesante teniendo en cuenta el momento que atravesaban:
[Fares] En esa época, lamentablemente con los que trabajábamos antes estábamos demasiado apagados. Realmente no estábamos haciendo nada, como medio año sin hacer nada de música, parados totalmente.
Y ver a la gente que aún así escuchaba tu música, o que aún así había oyentes que nos escuchaban desde hace un montón de tiempo, era como: «wow, la gente quiere escuchar D’Moors». Luego, por la gracia de Dios no encontramos con ellos, con el equipo que estamos ahora rompiéndola [Rokko, Esse y Humbert], y es lo que faltaba al grupo.
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Está claro que en D’Moors prima muy por encima el amor por lo que hacen que el ansia de ganar dinero o fama, y personalmente estoy bastante segura de que esa es, conjugada con algunas otras, la clave fundamental de su éxito:
[Fares] Lo que pasa es que nosotros cuando entramos en la industria lo hicimos porque nos molaba hacer música y ya está. Simplemente no pensábamos en números ni en dinero ni en conceptos ni mierdas, simplemente hacíamos música para llegar a los chavales nuestros, para pasarlo bien.
También chocamos porque no teníamos la misma mentalidad que la peña con la que trabajábamos. Ellos pensaban sólo en el dinero, entonces ahí fue el choque, que dijimos «yo voy contigo de corazón hermano, yo hago música, y si mañana comes, comemos todos, y con el mismo plato, y si no llegamos, no llegamos todos, da igual».
[Esse] Yo pienso a veces que también estuvo bien, se puede ver de una manera positiva, como tomar un poco de distancia para ver lo que ha sido y cómo poder volver para mejorarlo. Me encanta pensar que ahora es esto, hemos vuelto para mejorarlo.
Y han vuelto para mejorarlo, claro está, porque solo en los últimos meses hemos podido disfrutar de un montón de música nueva por parte de D’Moors.
Su último estreno es ‘Chambeando en cura’, uno de sus cortes más duros hasta el momento, aunque ya hemos comentado que todos guardan una esencia única a pesar de seguir una coherencia en el sonido.
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D’Moors consiguen captar la atención del público allá donde van: da igual si comparten escenario con Dollar Selmouni o participan por sorpresa en un concierto invitados por Samxsen, la historia es que siempre se van del escenario con nuevos adeptos a su música, y es normal. Ya os he dicho que tienen una puta energía que se contagia, algo que sale natural y orgánico y muy difícil de conseguir artificialmente.
En su todavía corta carrera ya han conseguido llamar la atención de gente top de la industria como C. Tangana, que parece ser ya tiene localizados y fichados a D’Moors, tras haberlos añadido a alguna de sus listas en Spotify:
[Adnan] Humildemente, eso para nosotros fue un choque. Fue como «loco ya no estamos haciendo música y solamente llega a nuestros vecinos, ¿sabes? Está llegando a otra gente».
Y no es su único mérito, obviamente, porque hasta han teloneado a la triunfito Lola Índigo y llevado su banger ‘Ronaldinho’ al escenario de «Fama, ¡a bailar!»:
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Si les preguntas a ellos directamente por sus sueños y ambiciones para D’Moors, todos tienen claras las metas:
[Fares] Sinceramente, seguir trabajando con mi gente, con mi grupo, no firmar con ninguna discográfica, subir con los míos, hacer música bestia, un par de featurings con gente de Francia, Marruecos…
[Rokko] También la imagen que tenemos nosotros de unión, de esencia, potenciarla 10.000 veces, o 14.000, 20.000, las que se puedan, porque si es verdad que la ambición muchas veces está enfocada en que te fiche un sello guapo y tal, y nosotros en verdad mantenemos la vista al frente, como estamos ahora de unidos, y potenciarlo para que eso triunfe en la sociedad. Yo creo que una de las ambiciones más grandes que tenemos es lo real y la esencia de lo que vivimos, potenciarlo a nivel nacional e internacional.
[Adnan] También hay que aprovechar la época en la que estamos para hacernos nuestro camino. Construir nuestra pirámide, por llamarlo de alguna manera. Hacer lo nuestro e ir para arriba, y ojalá en un futuro poder darle oportunidad a otra gente que están subiendo, también darles nuestro apoyo… En definitiva, queremos poder hacer lo nuestro sin que nadie nos diga qué hacer.
[Esse] En cuanto alguien con visión de más label o business se metiera en el proyecto, cambiaría un poco la esencia que tenemos, ¿no? De personas reales que no quieren ocultar su esencia, y nuestra ambición es poder preservar eso.
Todo ello primando siempre el trabajo en equipo y agradeciendo a todos los que les han ayudado en el proceso de creación de su sonido. Especial saraut a TheProf, que no solo les ayudó con ‘Hey Gyal’, uno de sus temas más romanticones, sino que gracias a su experiencia en el 90 Degree Sound System y sus capacidades de ingeniero de sonido ha colaborado en esa incansable búsqueda del sonido auténtico que persiguen desde D’Moors.
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Ahora vamos para ese tren aver donde nos llev@@@@@08003 08002 08001🇩🇿🇲🇦🇪🇸
Termino mi charla con D’Moors con una pregunta que siempre pilla a la gente desprevenida: ¿si tuvierais que definiros en tres palabras -que es dificilísimo- cuáles escogeríais?
[Adnan] Directos, esa es la primera. La segunda emocionales. Y luego la otra es «fleyva».
[Nat] ¿Cómo definís «fleyva»?
(Risas generales)
[Adnan] Es una expresión que usamos para todo. Si por ejemplo alguien va con el pelo raro, que no ha estado acertado ese día: «vaya fleyva que tiene en el pelo». ¿Que alguien va con el pelo bestia de bien? «Vaya fleyva que tiene». Es una manera de decir algo sin que la persona se sienta ni mal ni bien. Es algo que te sorprenda a los ojos, básicamente.
Pues ya sabéis: claridad, emoción y mucho fleyva. Haceos un favor y no les quitéis el ojo de encima, no os vais a arrepentir.
Special greetings a FromBorn2Dead por cedernos el espacio para realizar la entrevista.
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