¿Por qué algunos echamos tanto de menos a MF Doom?
Tras la muerte de MF Doom (nacido como Daniel Dumile en Londres) hubo dos respuestas mayoritarias: la de aquellos que valoraban tremendamente la trayectoria del artista y todo lo que había hecho por el rap, y otros que sencillamente no sabían quién era (o que solo les sonaba de algo) que no entendían esa respuesta tan emocional y sincera hacia este icono del underground.
El mundo se conmocionó con la muerte de MF Doom
De hecho, tras su muerte no solo hubo una gran respuesta por parte de amantes del hip hop de todo el mundo, sino también de figuras tan relevantes como Ghostface Killah, Denzel Curry, DJ Premier, El-P, Busta Rhymes, Joey Bada$$$, Talib Kweli, Lupe Fiasco, Aesop Rock, Plaiboi Carti, Q-Tip, Questlove, Tyler the Creator o Thom Yorke.
Y para entenderlos, como en toda historia que se precie, debemos irnos al principio. Mucha gente no sabe que Doom nació en Londres y que nunca obtuvo la nacionalidad estadounidense a pesar de haberse pasado la mayoría de su vida en ese país.
Tanto fue así que tras una gira internacional en 2010 le negaron entrar al país y tuvo que establecerse en Londres de nuevo (lugar que dejó siendo solo un niño).
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Todo ello tras una carrera que empezó a finales de los ochenta y volvió a nacer a finales de los noventa, aunque fue desde principios de los 2000 cuando todos empezamos a fijar en él.
Coincidiendo con el inicio de su magnífica discografía y también de la creación de esa personalidad tan misteriosa (apenas hay fotos de él sin máscara, aunque existen y no son nada difíciles de encontrar) basada en el icónico villano de Marvel.
Pero el valor de MF Doom no solo está en su magnífica discografía (incluyendo sus álbumes bajo otros seudónimos) y sus colaboraciones con gente del nivel de Ghostface Killah, Bobbito García, Madlib, DJ Danger Mouse o Thom Yorke, sino en el haber sido siempre fiel a un estilo oscuro, misterioso, sucio y más arraigado al sonido underground e incluso al afrocentrismo, no en vano fue educado en la nación del 5 por ciento (Five Percent Nation).
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En una época en la que la mayoría de rappers no tenían ningún problema en suavizar y edulcorar sus sonidos (o hacer cualquier tipo de colaboraciones con el R&B y el pop más comercial), Doom pasó toda esa vorágine de los 2000’s no solo haciendo discos oscuros y poco accesibles, sino incluso utilizando otros apodos que podían hacer perder la pista a aquellos que ya lo admiraban.
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Es por eso que el respeto que se tiene por el artista es máximo. No solo se trata de haber cimentado una carrera basada en el rap más auténtico de la costa este, sino también por tratarse de uno de las pocas excepciones a la hora de ignorar por completo el camino del dinero fácil y seguir a lo suyo.
Y, incluso si miramos a nuestros artistas más admirados en la historia, eso se puede decir de muy pocos.
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Doom se fue a su manera, falleciendo un día y siendo comunicada su muerte dos meses después. Un tipo que nos descolocó (de la mejor manera) a lo largo de toda su carrera y que fue tan fiel a sí mismo y tan poco a las directrices del dinero y las comercialidaes que solo podemos echarlo de menos.
El talento, la constancia, el secretismo y la honestidad elevadas al máximo nivel… justo todo lo que nos falta en el género desde hace demasiado.