‘Only God Can Judge Me’: aquella llamada de atención de Tupac

Aunque la historia del rap está plagada —por desgracia— de muertes violentas, la de Tupac Shakur y Notorious BIG serán las más recordadas y llamativas por siempre.

Y será así por dos sencillas pero llamativas razones: primero por la (supuesta) relación entre sus muertes —cosa que daría para investigación, debate y reflexión, lo sé—, y la segunda por tratarse de los dos mejores emcees de todos los tiempos.

Y la cosa es que en la discografía de ambos artistas podemos encontrar tristes avisos y llamadas de atención sobre la vorágine en la que estaban. No me refiero a ‘Who Shot Ya’ o a ‘Hit ‘Em Up’ (que son abierta y explícitamente canciones dedicadas al otro con todo tipo de amenazas), sino a otras más veladas y camufladas en sus álbumes y que describían un estilo de vida absolutamente demencial, doloroso y terrorífico.

El mejor ejemplo de ello es ‘Only God Can Judge Me’, la canción número diez del primero de los dos CD’s que incluía el álbum ‘All Eyez On Me’ de Shakur.

Con una producción magnífica de Dough Rasheed y Harold Scrap Freddie y la colaboración del otrora exitoso Rappin’ 4-Tay, el tema es tan crudo, sincero, triste y honesto que casi duele al escucharlo.

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En esta canción, Tupac relata —con su inusual y maravilloso talento para las descripciones— su día a día en ese estilo de vida gangsta en el que estaba inmerso. La paranoia, los miedos, el no poder fiarse de nadie e incluso el dolor cuando te disparan y estás ingresado. Tanto es así que, y aunque esto suene demasiado categórico, podría decirse que uno debe escuchar ‘Only God Can Judge Me’ para entender la capacidad de Pac como artista que se da una vez cada mucho tiempo.

En la canción encontramos la constante contradicción en las letras y la vida de Tupac. Por un lado maldice el estilo de vida que le lleva a temer por su existencia a cada segundo y vivir en esa pesadilla, y por otro lo justifica y parece que es consciente de su elección.

Como alguien dijo en uno de los múltiples documentales sobre el artista: «Cuando Tupac entró en Death Row quiso jugar a ser gangsta«, y supongo que eso solo tiene un final. Y el final lo conocemos todos.

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Aunque ‘Only God Can Judge Me’ es una canción que hemos oído miles de veces (al menos los que no venimos de nuevas al rap), lo cierto es que cada escucha es una nueva prueba irrefutable del talento histórico y multidimensional de Tupac Shakur.

El vocabulario, los recursos estilísticos, las pausas, las entonaciones o la elección del beat son una demostración más de que estábamos ante un genio mayúsculo.

La lectura triste de todo ello es la de los medios de comunicación. El tratamiento que recibió Tupac en vida por parte de la prensa (menos por parte de las publicaciones como The Source o Vibe, claro está) fue la del desprecio, la de quedarse con la forma y no con el contenido, mientras tenían delante a un tipo con unas habilidades descomunales y una sensibilidad fuera de lo normal.

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Por suerte, al final lo que queda es la música y no los titulares amarillistas.

Buscar ‘Only God Can Judge Me’ y darle al play a día de hoy significa recibir tantas sensaciones, emociones y sentimientos, que simplemente nos recuerda la grandeza del arte, de la música, del rap y de un tipo llamado Tupac Shakur, al que la muerte vino a llevarse demasiado pronto.