Es hora de volver a ver «El último Boy Scout»

Todo el mundo reconoce que Ridley Scott («Alien», «Blade Runner», «American Gangster», «Gladiator», «Thelma & Louise»…) es uno de los mejores directores de cine de las últimas décadas. Hoy llega el momento de que hablemos de «El último Boy Scout», que no es obra suya, sino de su hermano menor.

Su talento para contentar al público y a los productores (que ven como la mayoría de sus cintas son bastante rentables) es inusual, superado solo por unos pocos como Steven Spielberg, James Cameron y alguno que otro más. La cosa es que la carrera de Ridley es tan comercialmente exitosa que muy a menudo ha tapado la de su hermano menor: Tony Scott.

Anthony «Tony» Scott empezó dirigiendo capítulos de series de éxito para acabar siendo el responsable de cintas como «Top Gun», «Superdetective en Hollywood II», «Días de trueno», «Amor a quemarropa», «Marea Roja» o «Spy Game», entre muchas otras.

Y de entre toda la filmografía del pequeño de los Scott hay una que destaca especialmente, no porque sea la de mayor calidad cinematográfica, sino por ser una película tan divertida, fresca y socarrona como pocas. Hablamos de «El último Boy Scout», protagonizada por Bruce Willis, Damon Wayans y Chelsea Field en 1991. Todos parecían estar en estado de gracia.

Escrita por Shane Black (el mejor cuando se trata de películas con ese perfil), la cinta narra la unión entre un detective en horas bajas y un exjugador de la NFL en su peor momento que deciden unir fuerzas para resolver un caso en que se han visto implicados. Una buddy movie tan efectiva como cada una de las frases que hay dentro del film.

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Y es que todo funciona en esta cinta de acción y humor negro. La dirección de Tony Scott es fantástica (tengan en cuenta que este largometraje es de mucho antes de su etapa de jugueteos con la cámara), la química entre Bruce Willis y Damon Wayans (de la legendaria saga familiar de comediantes) es inmejorable y cada escena y cada diálogo no puede ser mejor en el objetivo que persigue.

Solo por la escena de la infidelidad de la mujer del detective ya merece la pena ver la película entera.

«El último Boy Scout» es una especie de reinvención de «Arma Letal» mucho más deslenguada, libre y actual. Una cinta con una legión de admiradores tan grande como la otra mitad que la ignora, cosa relativamente común en los guiones de Shane Black, que llegó a ser el escritor mejor pagado de Hollywood.

El film de Scott, Willis y Wayans es uno de esos que hay que ver una vez al año para (re) descubrir esas indirectas, ese humor negro y esa trama interesantísima. No descubre nada nuevo pero lo que hace es inmejorable en su pretensión con conectar con cierto tipo de público.

Sobre la trágica muerte de Tony Scott hablaremos otro día. Hoy desde The Medizine le rendimos homenaje, pero no con una de sus películas más conocidas, sino con una de las más personales, auténticas y genuinas. «El último Boy Scout» es siempre un acierto seguro.