“Fatherhood”: nuestra opinión de la esperada peli de Kevin Hart en Netflix

La explosión del rap en los noventa no solo definió el hip hop a todos los niveles y construyó esa imagen mental que tenemos hoy, sino que también fue su época dorada en lo musical. De algún modo, los iconos que tuvieron su apogeo en esa década -especialmente a mediados- cimentaron una serie de parámetros que hoy siguen siendo los que existen en nuestras cabezas cuando pensamos en el género.

Y hay un tema que se repite en la mayoría de las historias de los rappers de aquella época: las familias monoparentales. Desde Ghostface Killah a Nas pasando por Jay-Z, hemos oído una y otra vez lo duro que era crecer en el ghetto con padres que desaparecieron y nunca volvieron. O volvieron a destiempo, caso del padre de Nas.

Pero ha llovido mucho desde entonces, los tiempos han cambiado y es hora de desmitificar y desmontar ciertos clichés. Justo eso es lo que logra la genial «Fatherhood», que es nada más y nada menos que la última propuesta de Kevin Hart para la todopoderosa Netflix .

Dirigida por Paul Weitz (responsable de «Grandma», «El circo de los extraños» o «La vida de Flynn»), «Fatherhood –«Ser padre» en España- narra las peripecias de un padre (Hart) para criar a su hija en soledad tras el fallecimiento de su esposa. Pero, a pesar de que la historia nos puede sonar a mil veces vista, lo cierto es que la cinta merece mucho la pena.

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Porque «Fatherhood» hila fino entre la comedia y el drama (eso que suelen llamar dramedia), algo que se intenta muchas veces y se logra muchas menos. Las situaciones tristes funcionan a la perfección y las cómicas son hilarantes y divertidas, pero no ridículas ni infantiles.

Por supuesto, también ayuda el carisma de Kevin Hart, aquí piedra angular del producto. Un tipo gracioso que nos descubre sus dotes en la actuación más tradicional. Y es que «Fatherhood» es la clásica película que uno pone para pasar el rato y acaba descubriendo algo bastante mejor que solo soltar unas risas.

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De modo que no se me ocurre un mejor plan (si tienes Netflix, claro está) que desconectar de todo durante algo menos de dos horas y reirte -y quizás soltar alguna lágrima- con Kevin Hart intentando ser el mejor padre del mundo. Porque, demasiadas veces, menos es más y este es uno de esos ejemplos que dignifican la manida frase.