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Opinión

4 razones de peso para volver a ver ‘El Príncipe de Bel-Air’

Por JD Romero / 11/03/2018
4 razones de peso para volver a ver ‘El Príncipe de Bel-Air’

De vez en cuando pensamos que la serie ‘El Príncipe de Bel-Air’ vuelve a estar de moda: entre remakes, reboots y noticias similares, parece que no pasan seis meses sin que se hable de ella en medios de comunicación y redes sociales. Pero más que volver a la palestra nos atreveríamos a decir que ‘El Príncipe de Bel-Air’ nunca ha dejado de estar de moda, así fue cuando se estrenó en 1990.

La serie (con seis temporadas) contaba cómo una familia adinerada adoptaba temporalmente a su sobrino de un barrio marginal de Philadelphia para intentar darle un mejor porvenir. Una historia vista antes y después y que sin embargo caló sobremanera entre jóvenes de distintas generaciones, muchísimo más que otro tipo de productos similares enfocados en el mismo target.

El tío Phil approves este artículo.

Un casting inolvidable liderado por Will Smith, un humor muy definido, un claro mensaje social, una música en forma de rap que acabaría por ser la banda sonora de nuestra vida… Acabaron por convertir una serie sencilla (si la comparamos con las obras maestras que se hicieron luego como ‘The Wire’, ‘Los Soprano’ o ‘Breaking Bad’) en un clásico indiscutible al que nunca está de más revisitar.

Teniendo en cuenta que la serie está completa en Netflix -lo cual nos da la opción de verla en versión original también-, un servidor la ha vuelto a ver completa y ha seleccionado una serie de puntos por los cuales volver a ella es una opción de ocio magnífica. Un humor atemporal (sólo en ciertos momentos cargante) y que encuentra su punto álgido entre la segunda y la quinta temporada y cuyo reparto coral la hace absolutamente deliciosa.

Podéis volver a ella por cientos de razones, aquí os dejamos con cuatro:

El casting protagonista

Will Smith (nombre real y en la serie del protagonista), Alfonso Ribeiro (Carlton Banks), James Avery (Philip Banks), Tatyana Ali (Ashley), Karyn Parsons (Hillary), Joseph Marcell (Geoffrey) y las dos actrices que hicieron de Vivian: Janey Hubert y Daphne Reid. Cada uno contaba con su tipo de humor, su personalidad definida y esa era una de las grandes bazas de la serie: los choques entre personalidades de cada uno de los personajes.

Will y su ‘street wise‘, Carlton y su amaneramiento refinado, Hillary superficial y simplona, Ashley serena pero influenciable, Geoffrey con su humor irónico inglés, Philip obsesionado con la comida y Vivian poniendo un punto de cordura. Incluso a día de hoy siguen siendo encomiables las características y y el desarrollo de cada personaje de ficción en la serie.

El humor

Si bien en la primera temporada (divertidísima, no nos engañemos) el humor es bastante predecible y se basa casi únicamente en cómo Will es incapaz de adaptarse y cumplir las normas, a partir de la segunda la cosa mejor bastante. No sólo porque el humor del protagonista evoluciona sino que todos los demás protagonistas acaban teniendo cada vez más peso humorístico.

Aparte de los gags, muchos de los capítulos siguen siendo hilarantes y tremendamente imaginativos, dando lugar a situaciones menos previsibles de lo que cabría esperar en una serie destinada al consumo masivo como esta.

El mensaje social

A pesar de tratarse de una producción ligera de humor, el mensaje social está continuamente apareciendo, y las moralejas de todo tipo se suceden una y otra vez, a veces incluso en capítulos completos. El racismo, la desigualdad social, las apariencias o la educación son algunos de los temas que trata la serie.

Es sorprendente la importancia -de nuevo- del casting de la producción, capaz de hacernos reír de forma constante pero también de echarse a las espaldas casi cualquier tipo de situación más enfocada al drama. Maravillosos.

La moda

Oficialmente en el mundo de la moda estamos en los early 2000’s y no hace falta ser un experto para darnos cuenta. Pero más allá de la oficialidad del dato nos damos cuenta de que en la calle vemos tendencias mucho más eclécticas y que la primera mitad de los noventa es ahora mismo completamente visible.

Casi en cada capítulo vemos prendas (que van mucho más allá de las Air Jordans de Will y Jazz) de las que ahora encontramos en tiendas o que nos gustaría tener ya mismo. Camisas estampadas, chaquetas de colores, Timberlands y un montón de elementos que casan tanto con lo que ahora mismo se lleva, y que vuelve a reforzarnos en la idea de que el street-sytle actual bebe de muchas fuentes.


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