«Proyecto Power»: Jamie Foxx contra los supervillanos en Netflix

Desde que Disney compró Marvel por una indecente cantidad de millones de dólares (que recuperaron al poco tiempo entre estrenos y licencias por merchandising, dicho sea de paso), el mundo de los superhéroes pasó de ser aceptado como negocio puntual a ser una moda global hiperexplotada.

Algo así como pasó con el western y el spaghetti western en los cincuenta y hasta comienzos de los setenta, por establecer un paralelismo fácil.

Casi de golpe y porrazo el mundo entero descubrió (más allá de los lectores habituales de tebeos) cuánto molaban esos tipos vestidos con mallas que hacían el bien con sus habilidades especiales. Los superhéroes han funcionado bien desde la primera tira de Superman en un periódico en 1938, pero los avances técnicos han permitido desarrollar plenamente esas historias escritas y dibujadas e impresas en formato cómic.

No quiero decir con ello que el «Superman» de Richard Donner (1978) o el «Batman» de Tim Burton (1989) no sigan siendo geniales como obras cinematográficas atemporales, pero sí es cierto que el avance los CGI (siglas de Computed-animated imagery) han avanzado tanto que ya no hay que limitarse a lo que se puede o no hacer.

De ese modo, los cómics ya no tienen absolutamente ningún límite en pantalla, y para muestra, el universo cinematográfico Marvel o DC.

Y claro, el gigante Netflix no iba a quedarse sin explotar un género que ha sido abrazado por el mundo entero y que está más que comprobado que genera dividendos. No solo por las películas en sí, sino por todo lo que puede crear alrededor entre camisetas, figuras de acción y casi cualquier cosa random que se nos ocurra.

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Ese acercamiento de Netflix al mundo superheróico se llama «Proyecto Power» y acaba de estrenarse bajo la dirección de Henry Joost y Ariel Schuman («Fan Fantasy», «Nerve, un juego sin reglas») y protagonizada por un reparto tan llamativo como Jamie Foxx, Joseph Gordon-Levitt y Dominique Fishback.

La cinta no descubre nada ni lo pretende, pero asegura algo menos de dos horas de entretenimiento y diversión sin pretensiones. Y es que «Proyecto Power» narra con cierto pulso cómo una nueva píldora que da superpoderes únicos empieza a recorrer las calles de Nueva Orleans.

La toma de esta nueva droga no está exenta de riesgos, ya que también incluye una cara B desconocida hasta que la pruebas. Es entonces cuando empieza a crecer el crimen (más aún) en la ciudad, y para ello tendrán que unirse Gordon-Levitt (un policía), Fishback (una traficante) y Foxx (exsoldado) e intentar acabar con esta nueva ola de crímenes.

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«Proyecto Power» nos gana por su honestidad, solo pretende ser un entretenimiento cool y actual y eso lo es de sobra. De esa manera, si sabes a lo que vas tendrás lo que buscas, la última película del combo Joost & Schuman no quiere ser «El Padrino» ni «Ciudadano Kane» y es por ello que funciona a la perfección como un ejercicio de entretenimiento tan certero… Como olvidable.