Review de «Bel-Air», el reboot de «El príncipe de Bel-Air»

No nos vamos a engañar: el mero anuncio de un reboot (o una nueva versión) de «El príncipe Bel-Air» produce malestar en la mayoría de gente. No en vano, la serie original logró empatizar con millones de personas de todo el mundo en base a unos guiones hilarantes, un poco de conciencia social y, sobre todo, unos actores completa y absolutamente maravillosos.

De ese modo, intentar «reemplazar» esas sensaciones tan positivas que produce la serie es vista automáticamente (e inconscientemente) como una traición. Pero claro, nuestro cerebro consciente debe vencer siempre al inconsciente, y es por ello que antes o después debíamos ver «Bel-Air», el remake que ha estrenado Peacock.

Lo primero que llama la atención al enfrentarse a la serie es la importancia que se le da a la producción ejecutiva de Will Smith, dejando claro que el propio rapper, actor y empresario ha dado el visto bueno a todo lo que verás en pantalla. Queramos o no, es efectivo a la hora de eliminar los numerosos prejuicios con los que la mayoría verá la serie.

Pero vayamos al grano: «Bel-Air» nos cuenta la misma historia original de un chico de clase media-baja (aquí más bien de clase media) que debe huir del oeste de Philadelphia (por culpa de enfrentarse a quien no debe) e instalarse en casa de sus tíos de California.

Al llegar, descubrirá que sus tíos son millonarios, que viven en una mansión inmensa e intentará integrarse en una sociedad (y en un hogar) bastante diferente al suyo.

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Es llamativo (y eso puede que chirríe a algunos) cómo la serie es dramática y no humorística, aunque encuentre algún pequeño detalle cómico. Lo cual hace que vayamos desactivando nuestro eterno tira y afloja comparativo con la original. También cómo profundiza mucho más en las relaciones del protagonista con sus familiares, no obstante los capítulos son mucho más largos y van más allá del sketch: queda claro que no es una comedia de situación.

También son subrayables las pretendidas diferencias, especialmente en la figura de Carlton Banks: aquí completamente actualizado.

Aunque es cierto que cuesta acostumbrarse a las nuevas caras, hemos de reconocer que la mayoría de los actores (Jabari Banks, Adrian Holmes, Cassandra Freeman, Olly Sholotan, Rita Angel Taylor, Cristián Soto o Jimmy Akingbola) están magníficos.

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Es por ello que (y reitero: a pesar de nuestros enormes prejuicios) «Bel-Air» es una serie que aprueba con nota.

Y lo hace por alejarse pretendidamente de la original, por ser valiente y ser capaz de construirse de otra manera con los mismos cimientos, por parecer una actualización coherente, por profundizar en una historia que iba en ocasiones de puntillas y porque, no nos engañemos: en ella todo funciona a la perfección.