Te traemos la review del esperadísimo «King’s Disease II» de Nas
Hace solo unos días nos daban una gratísima sorpresa a los amantes del rap. El icónico Nas no solo anunciaba la portada y el título de su próximo álbum, sino que reconocía que estaba ya acabado y que saldría en tan solo unos días. Solo un poco después, sacaba a la luz el tracklist y nuestro hype no podía ponerse más por las nubes.
El álbum salía en teoría el mismo día que ‘Donda’ de Kanye West. Como podíamos intuir, al final, el L.P. de Nasir Jones estaba disponible en fecha mientras que West se dedicaba a otros menesteres. Suponemos que lo importante es que el trabajo del de ‘College Dropout’ sea lo mejor posible, aunque salga un poco más tarde -o mucho- de la cuenta.
¿Es tan bueno ‘King’s Disease II’ como esperábamos?
Pues bien, llegado el momento podemos decir que (y tras varias y pausadas escuchas) «King’s Disease II» merece la pena y mucho. No en vano, es la secuela del primer álbum de Nas que gana un Grammy como mejor disco de rap. Una decisión polémica, ya que el de Queens se lo ha merecido otras muchas veces en el pasado, aunque ese es otro y complejo debate.
«King’s Disease II» es una especie de recorrido por lo mejor de la larga y magnífica carrera del neoyorkino.
Con el clasicismo de ‘The Pressure’, la interesantísima y más acelerada ‘Death Row East’, la actual ’40 Side’ y, como no, ‘EPMD 2’, la esperadísima colaboración con los legendarios EPMD y Eminem. Ahí es nada.
‘Rare’ es envolvente e incluye una percusión tradicional, ‘YKTV’ era una de las más llamativas por el featuring con A Boogie wit da Hoodie y YG y no decepciona, ‘Store Run’ es soulera y nos devuelve al mejor rap de Nueva York, al igual que ‘Moments’, aunque ésta última es un poco más jazzy.
Al llegar a ‘Nobody’ quizás estamos en el punto más esperado del trabajo, al tratarse de la colaboración con Lauryn Hill.
La canción es sencillamente magnífica: elegante, tradicional y una hiperrespetable nueva colaboración entre estos dos titanes tras ‘If I Ruled the World’ de aquel lejano 1996.
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‘No Phony Love’ es puro R&B, de ese que tanto echábamos de menos, ‘Brunch on Sundays’ es genial con un loop de piano que nos recuerda la grandeza del rap de la costa este. El álbum termina de manera coherente y por la puerta grande con las geniales ‘Composure’ (funk y soul alimentando al mejor hip hop), ‘My Bible’ (con sus coherentes y lógicos órganos eclesiásticos) y con la maravillosamente soulera ‘Nas is Good’.
‘King’s Disease II’ es un genial y ecléctico álbum, aunque entiende perfectamente cuál es su target: los amantes del mejor rap tradicional de la costa este. Algo que ha entendido a la perfección Hit-Boy (productor del álbum al completo), que ha sabido darse cuenta de cómo, cuándo y dónde es más brillante Nas.
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El álbum número 14 de Nas no solo no decepciona, sino que demuestra que Nas sigue estando en forma en cualquier parámetro con el que lo queramos juzgar: letras, estructuras o elección de beats. La enésima prueba de por qué el de Queensbridge está considerado una leyenda de primer nivel.
Y es que en este caso, el que tuvo, retuvo. Notable.
Hablando de clásicos, Diddy quiere traer el R&B de vuelta al lugar más alto.