Review del esperado remake de «White Men Can’t Jump»

«Los blancos no la saben meter» o «White Men Can’t Jump» es una de las mejores películas de baloncesto y sobre el barrio de todos los tiempos. Una historia hilarante, referencias inteligentes, unas localizaciones fantásticas y, por supuesto, el carisma de Woody Harrelson y Wesley Snipes, faltaría más.

Sin, embargo, el clásico entre clásicos ha sido víctima de un intento fallido de revitalización en su recién estrenado remake, protagonizado por Jack Harlow y Sinqua Walls, bajo la dirección de Calmatic . A pesar de los esfuerzos del equipo creativo y el elenco, esta nueva versión carece del encanto y la frescura que hizo que la película original fuera tan especial, recordada y atemporal. Desde la falta de carisma de los protagonistas hasta un guión innecesariamente modificado, la película nos deja fríos, y eso que incluye a secundarios interesantes como Teyana Taylor o Vince Staples.

La historia nos presenta a Jeremy, un exjugador de baloncesto cuya carrera se vio truncada por lesiones, y Jamal, una promesa deportiva que arruinó su propio futuro en el deporte. Estos dos individuos, aparentemente opuestos y contrarios como en la cinta original, se ven obligados a aliarse en un último intento por perseguir sus sueños en el mundo del basket callejero o streetball.

Una historia base en la original que no consigue acercarse a la de 1992.

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Aunque Harlow y Walls son tipos con talento (no vamos a negarlo), su química en pantalla palidece en comparación con la dinámica que Woody Harrelson y Wesley Snipes lograron en la película original. Harrelson y Snipes tenían una presencia magnética que mantuvo a los espectadores cautivados, mientras que Harlow y Walls no logran alcanzar ese nivel, lo que resulta en una desconexión emocional con los personajes.

Además, el guión de Kenya Barris, aunque intenta aportar novedades y detalles a la historia, es a veces innecesario y sobrecargado. En lugar de centrarse en el núcleo de la trama y en el desarrollo de los personajes, la película se pierde en algunas subtramas superfluas y diálogos poco inspirados, lo que diluye la intensidad y la tensión. Tampoco el humor está al nivel de la original, algo esencial en el largometraje clásico.

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Es importante destacar que los remakes pueden ser una oportunidad para revitalizar, actualizar y reinventar historias, pero en el caso de «White Men Can’t Jump», esta nueva versión no logra capturar la magia de su predecesora.

Eso sí, quizás es satisfactoria para aquellos que no amen la cinta original, ya que no compararán y, quizás, la disfruten sin echar de menos una serie de cuestiones esenciales para el aquí firmante.