¿Merece la pena el documental «The Legacy of J Dilla»?

J Dilla es sencillamente uno de los mejores productores de la historia del rap. Sin embargo, cuando hablamos de él tenemos que aclarar que quizás estamos ante un escalón superior en la producción, especialmente a la hora de cortar, montar y deconstruir samples. Su poca pasión por ponerse delante de los focos y su muerte muy joven, hicieron que el de Detroit sea hoy día una completa y absoluta leyenda.

Dicho esto, era obvio que ibamos a deleitarnos con «The Legacy of J Dilla», su esperadísimo documental, tal como saliera. Además, la pieza audiovisual está producida por el New York Times, que viene a ser el periódico más conocido del mundo, con lo que eso nos aseguraba un estándar y unos mínimos de calidad.

Y así es, el primer documental que narra la vida, su desarrollo como artista y el legado musical de J Dilla (porque vienen más en camino) es sencillamente magnífico. A través de testimonios del propio Dilla, de su madre, de su hermano, de numerosos artistas (especialmente de Common) vamos viendo cuándo se compró sus primeros platos, su primer MPC, címo y a quién hizo sus primeros beats y cómo se fue transformando en uno de los mejores productores del mundo.

Por supuesto, también se nos narra cómo acabó desarrollando una extraña enfermedad en la sangre (parecida a la leucemia) que acabó debilitándolo, y, finalmente, terminando con su vida con apenas treinta años. Especialmente duras son las imágenes de Dilla en Londres en silla de ruedas, también saber que se fue de este plano tan solo tres días después de la salida de ‘Donuts’, su aclamado último álbum.

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«The Legacy of J Dilla», por mucho que la media en IMDB no sea muy alta, es un documental que muestra de manera notable la grandeza musical de uno de los productores más revolucionarios de todos los tiempos en el rap, que explora su talento, su personalidad, su legado musical y que lo hace incluyendo testimonios de artistas de otros géneros, como de la música jazz.

Es por ello que el documental sobre J Dilla producido por el New York Times es un must. Incluso aunque no seas fan de Dilla (si es que se puede no ser fan de su música), estamos ante un documento histórico y un placer para cualquiera que ame la música negra. Muy bueno.