Shaquille O’Neal es solo el último en desentenderse de Kanye West

El productor, rapper, diseñador de moda y empresario Kanye West aka Ye lleva tantos meses con comentarios desafortunados sobre Pete Davidson, Kim Kardashian, adidas, Diddy e incluso con declaraciones antisemitas, que volver a explicar la historia (que ha acabado en todos los medios del mundo) es casi un acto de redundancia.

Y el problema no solo está en que un buen montón de grandes compañías han anunciado que dejan de trabajar con Ye y con sus artículos, sino que algunas de las mayores celebridades afroamericanas están empezando a contestarle. El último de ellos, y la noticia está ya en todas partes , es Shaquille O’Neal, la leyenda de la NBA.

La cuestión comenzó en las redes sociales de Ye, en las que Ye dijo lo siguiente sobre los negocios de Shaq:

Shaq está en los negocios con Jamie Salter. Jamie primero dijo que está al 50/50 con David Beckham y al 50/50 con Shaq. Jamie, no hay tal cosa de 50/50 en los negocios, ¿quién tiene el 1% extra del control y de los derechos de voto? Entonces Jamie dijo que tenía el 51% de esos acuerdos. A nosotros como creadores y como gente con talento, nos pillan en nuestra vanidad y no leemos o no entendemos los contratos. Como dijo Dave Chapelle, necesitamos dejar de ofrecer el control sobre nuestros propios nombres y nuestra imagen.

Para entender lo que Ye quería decir quizás hay que explicar que Jamie Salter es un multimillonario canadiense cuya marca Authentic Brands maneja el nombre y la imagen de Shaq. La empresa del Salter es propietaria de más de cincuenta marcas.

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La cuestión es el que el mensaje de Kanye no cayó bien a Shaq, que prácticamente era tratado de tonto, con lo que respondió al de Chicago:

Créeme, no me conoces nada. Preocúpate de tus negocios y para citar al Kanye West que un día fue grande: ‘Tengo más dinero que tú, así qué, ¿por qué debería escucharte?». Toma mi consejo y pon tu familia y tus negocios en orden. Ten un buen día, hermano.

Una nueva respuesta hacia que West (que se une a la de Diddy, a la de Peter Rosenberg y a las de muchos otros) que le instan a poner en orden su propia vida y a no meterse en la de los demás. Conociendo los modos de actuar de Ye, de poco o nada sirven todos estos consejos, pero, por una vez, quizás debería hablar un poco menos y escuchar un poco más.