“Spiderman: Toda una vida”: el cómic para los fans de Spidey
Cuando Spiderman vio la luz (allá por 1962) significó todo un revulsivo para la industria del cómic. De momento, el personaje principal y los secundarios no solo no eran unidireccionales, sino que sus vidas personales y sus disyuntivas diarias eran igual o más importantes que sus aventuras con las mallas puestas.
De esa manera, el mundo entero empatizó con un personaje tanto que casi lo convirtió en el superhéroe más conocido y exitoso del mundo, con respeto del moribundo Superman. Desde entonces, no ha faltado cada mes nuestra sesión de grapas con el ya icónico Spiderman. Aunque -casi- siempre ha ocurrido una cosa, algo habitual en la naturaleza propia de los cómics (y de tantos otros personajes de ficción); el personaje siempre tiene la misma edad.
Da igual las décadas que hayan pasado desde su creación o que incluso su propio padre (el gran Stan Lee) ya no esté entre nosotros: Peter Parker siempre tiene la misma edad y esto ha sido siempre así, excepto en la genial etapa de J. Michael Straczynski y algún que otro caso contado.
¿Por qué «Spiderman: Toda una vida» es un cómic revolucionario?
Pero aun en las excepciones en las que Parker era más mayor, su personaje no evoluciona o envejece. Empieza la etapa con una edad, tiene un sinfín de aventuras y giros y al final sigue con la misma edad con la que empezó la etapa en cuestión.
Esa es la pequeña revolución que presenta el tomo «Spiderman: Toda una vida», de Chip Zdarsky y Mark Bagley. En esta historia, veremos pasar al trepamuros desde los años sesenta hasta el día de hoy, pasando por cada etapa como un número o episodio.
De ese modo, no solo tendremos referencias a la etapa más característica y popular del héroe en cada década, sino que también veremos a los diferentes villanos más exitosos de cada momento.
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Por si no fuese suficiente con ver envejecer a alguien tan icónico como Peter Parker, el cómic nos muestra las características y preocupaciones más singulares de cada época. La guerra de Vietnam, el racismo o las diferencias de Estados Unidos con la unión soviética. Todo ello sumado a un gran dibujo y un mejor ritmo, «Spiderman: Toda una vida» se convierte casi en un must.
Y es que (aún sin que un servidor sea un erudito en el tema), el cómic lo tiene todo. El tomo (editado en España por Panini) ha vuelto a hacer que el mundo entero hable de aquel chico de Nueva York al que le picó una araña radioactiva y siempre encuentra dificultades para compaginar su vida personal con eso tan complicado de ser un superhéroe.
Si eres un gran fan del mundo del cómic ya lo habrás leído, pero si no, «Spiderman: Toda una vida» es una fascinante excusa para volver a las mejores viñetas. Esas mismas que nos hicieron mejor la infancia y que hoy en día (vista la madurez de sus historias) pueden hacernos mejorar también la adultez.
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