“Tales from the Hood 3”: vuelve el terror al ghetto por todo lo alto

Contaba el legendario cómico Eddie Murphy en uno de los maravillosos monólogos que lo lanzaron a la fama en los ochenta, que en las películas de terror nunca había espíritus de negros. El comediante, fino y acertadísimo como solía estar, acababa bromeando con frases como «¿Es que acaso los negros no nos morimos?».

La observación de Murphy era muy acertada y prueba de que el humor puede servir como una manera accesible de ver cuestiones más complejas de la realidad que nos rodea. Y es que, durante muchos años, no había largometrajes de terror (ni series) cuyos protagonistas o antagonistas fueran personas de raza negra.

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Eso empezó a cambiar con el título legendario «Candyman» , (1992) dirigida por Bernard Rose -basándose en una novela del icónico Clive Barker– y con el actor Tony Todd como protagonista.

O mejor dicho, la cinta estaba protagonizada por Virginia Madsen, pero el peso recaía en Todd, que era la personificación de la leyenda de Candyman, además de ser uno de los primeros símbolos históricos del terror de raza negra.

Aunque «Candyman» no fue la primera película del género que daba tanto peso a una persona de color (el protagonista de «La noche de los muertos vivientes» era Duane Jones, también negro) sí que abrió de algún modo la veda. Y es que «Candyman» fue un blockbuster mundial y creaba toda una interesantísima, nueva y fresca mitología de terror.

Por eso, tres años después (ya en el 95) se iba un paso más allá con «Tales from the Hood». Aquí los protagonistas no solo eran negros, sino que las historias se contextualizaban en el ghetto, creando así una dinámica que resultaba bastante novedosa y que, por las razones que sea, no se había probado antes.

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Y tanto fue así que la película acabó siendo una saga y justo ahora acaba de estrenarse «Tales from the Hood 3», directa a vídeo y con ese halo de bajo presupuesto que nos hace esperar lo mejor (con clásicos como «Evil Dead») o lo peor. Esa es la magia y el riesgo del bajo presupuesto.

Lo curioso de la tercera parte es que parece estar realizada con mucho más mimo, mejor dirigida y con mejor presupuesto que la segunda. Y, además, tenemos aquí al actor Tony Todd enlazando unas historias con otras, tal como podíamos ver en otras películas de historias cortas de terror como «Creepshow». Todas las piezas de esta tercera parte parecen encajar, de lo cual nos alegramos sobremanera.

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Como uno se acerca a un producto de este tipo sabiendo a lo que va, es de agradecer que se haya hecho con tanto cariño (a pesar de unas carencias que aquí se notan poco) y nos encontremos ante una serie de historias de terror respetables a todos los niveles. Incluso cuando ya teníamos la sensación de haberlo visto todo en el género.

Si estás hartos de ver como todas las historias de terror están protagonizadas por actores de raza blanca y en los mismos barrios de caserones, «Tales From the Hood 3» es tu película. Eso sí, la segunda de la trilogía deja bastante que desear, avisado quedas.