La historia del ‘Juicy’ de Biggie: todo lo que no sabías de este himno
El legendario álbum ‘Ready to Die’ se empezó a grabar en 1993 y vio la luz el 13 de septiembre del siguiente año, convirtiéndose -con el pasar del tiempo- en uno de los mejores discos de rap de todos los tiempos. Lo que no es tan conocido es que The Notorious BIG aka Biggie, no estaba de acuerdo con grabar la canción ‘Juicy’, con la que al final hizo historia y que acabaría siendo una de las mayores bazas para la venta del disco, para la fama mundial de Biggie y para la posterior leyenda del mártir de Bed-Stuy.
Wallace era un tipo inteligente, pero aún tenía una absoluta inexperiencia para los negocios, el marketing, la publicidad y la comunicación. ‘Juicy’ contenía un sample de la canción ‘Juicy Fruit’ del grupo de soul y funk (que tuvo éxito a comienzos de los ochenta) Mtume.
La idea de crear la canción a partir de ese sample era de Puff Daddy (luego Diddy) y, al principio, Notorious se negó rotundamente.
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La historia tras el famoso ‘Juicy’ de Biggie
BIG estaba más en la línea de canciones como ‘Gimme the Loot’ o ‘Warning’, mucho más callejeras, menos accesibles y más enfocadas al público hip hop más puro. Sin embargo, Sean Combs era consciente de que para vender discos hay que tener algunos singles más sencillos e inteligibles musicalmente, enfocados al gran público.
De ese modo, y en un álbum de enfoque más bien callejero, encajas canciones más reales y menos comerciales entre singles que hacen vender el LP.
Básicamente se trataba de vender cuantos más discos fuese posible usando algunos singles más fáciles musicalmente y luego encajar las canciones sobre los trapis, la vida en la calle, las familias monoparentales y las visicitudes del ghetto en el resto del tracklist. Aunque, a decir verdad, ‘Juicy’ tiene un poco de todo eso, pero camuflado en un beat más amable.
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Aunque «Ready to Die» es un disco enteramente maravilloso, genuino, lleno de talento y de rap atemporal en mayúsculas, ‘Juicy’ (aunque todos los singles fueron geniales y estratégicamente elegidos) fue uno de los mayores reclamos para el público para adquirir el disco, además de ser -muy probablemente- la canción más recordada del icono asesinado en 1997.
‘Juicy’ construye con todo tipo de detalles y referencias (y la absolutamente maravillosa habilidad del de Brooklyn para el storytelling) el camino al éxito mientras tienes a todos y todo en tu contra. Cómo la misma gente que se ríe de ti acaba construyendo la perfecta narrativa que funciona primero como gasolina para esforzarte y conseguir tus sueños y luego como perfecta fábula que será recordada durante eones.
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Y es que la canción es fantástica en todos los sentidos (aunque el beat podía repatear a los más puristas en su época), pero funciona por el modo reduccionista en que ejecuta nuestro cerebro, o mejor dicho, nuestra memoria. Al final, al escuchar la canción nos quedamos con el mensaje alto, claro y explícito de que podemos conseguir nuestros sueños, incluso teniendo a todos los de alrededor pareciendo negarnos nuestro propósito en la vida. Quizás simplemente lo hacen porque ellos no son capaces, aunque eso daría para otro artículo.
‘Juicy’ es hoy un himno que estuvo a punto de no existir por decisión de su propio creador. Y es que, más allá de ser un ejemplo perfecto de lo maravilloso que puede ser el rap, todos los detalles y la historia rodea la propia canción sirve como cimiento de su propia moraleja. ¿Cuántos niños del ghetto habrán conseguido sus sueños gracias a ‘Juicy’ de Notrious? Probablemente muchos, y eso alarga aún más el legado del que es, muy probablemente y con la subjetividad de cada prisma personal, el mejor rapper de todos los tiempos. El resto es historia.
It was all a dream.
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