“The Boys”: y llegó la esperadísima segunda temporada
Cuando en 1986 apareció esa obra magna del cómic llamada «Watchmen» (creada por Alan Moore, Dave Gibbons y John Higgins), el mundo de la historieta de superhéroes cambió para siempre. Casi de golpe y porrazo, la gente descubrió que los tebeos de superhombres no solo eran tipos con trajes ajustados que acababan en batallas, sino que también podían ser tan subversivos, profundos y reflexivos como el mejor de los libros.
Moore repitió la ecuación muchas veces, y aquel tipo barbudo de Northampton y aficionado a la magia se convirtió en absoluta leyenda viva. Fruto de ese legado basado en deconstruir los tópicos y remover los cimientos de todo un género asentado nos llegó en 2006 «The Boys», escrito por el también icónico Garth Ennis.
En él, su autor va incluso más allá en su denuncia de la corrupción, el poder, el dinero, el sexo y las corporaciones, aunque lo hace desde un tono mucho más macarra y casi Tarantiniano que la obra en que -creemos- se inspira.
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Y claro, Amazon acabó adaptando el cómic a serie y la primera temporada no pudo ser mejor. Con un reparto hipercarismático y bien seleccionado, la serie era capaz de trasladar de un modo dinámico, gamberro y divertido todas las sensaciones del cómic, aunque sin dejarse atrás todos los mensajes (que son muchos) que incluía la obra original y que acaban por hacernos replantearnos todo y a todos.
Terminada la primera temporada con unas buenas críticas, se anunciaba la grabación de la segunda y justo ahora acaban de salir los tres primeros episodios, que el aquí firmante devoró con sumo placer y gusto.
Y es que estos nuevos capítulos no solo igualan el nivel, sino que puede que incluso lo superen. Algo que parecía complicado.
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Como es lógico, esta nueva temporada continúa con todos los -numerosos- frentes abiertos que tenía la anterior, aunque empieza con un completo prólogo que nos refresca la memoria y nos hace valorar de nuevo la valentía y los giros de la serie. Y vistas las tres horas disponibles, no podemos estar más contentos con el resultado.
La producción sigue teniendo su mayor razón de ser en el gamberrismo nato que desprende, aunque evoluciona más aún en su imprevisibilidad y en el mensaje implícito (o explícito, depende de la capacidad de cada uno) que contiene.
No hay ningún personaje relevante que no pueda acabar muerto, ningún símbolo que no pueda acabar corrupto y -como en la primera temporada- sobrevuela ese mensaje de que el pueblo llano es ignorante, simple y manipulable. Justo como en la vida real.
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Si la ambición de Garth Ennis era transmitirnos mil ideas mediante algo más accesible como los superhéroes, lo ha conseguido de veras, al igual que hizo Moore un poco antes.
Y es que la segunda temporada de «The Boys» es tan gamberra y libertina como necesaria en su mensaje. Si te gustó la primera temporada, vas a gozar de lo lindo con su continuación. Si no te has acercado a la serie… Entonces ya estás tardando.
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