«The Mandalorian»: algunas conclusiones después de ver la primera temporada
Si decimos que imaginábamos el éxito (a todos los niveles) de «The Mandalorian», estaríamos mintiendo.
Con una última película («Los últimos Jedi») bastante irregular como último referente de la saga, «The Mandalorian» era nuestra esperanza, pero también nos curábamos en salud esperando lo peor. Pero Jon Favreau, Dve Filoni, Taika Waititi (casi nada) y el resto de responsables no solo han superado nuestras expectativas y viralizado a Baby Yoda hasta el infinito y más allá, sino que han entregado un producto de la máxima calidad.
Más allá del boom mediático que ha sido The Child, la serie es perfecta. «The Mandalorian» coge lo mejor de Star Wars (léase aventuras clásicas, exploración, criaturas, droides…) y lo mezcla con lo mejor de Kurosawa y lo mejor del western, o mejor dicho del spaghetti western.
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Y es que esa soledad de los primeros capítulos, esas llegadas y huidas en solitario y esa sensación de invulnerabilidad bien nos recuerdan a esas maravillosas (algunas) películas de antihéroes parcos en palabras y rápidos con la pistola que fueron rodados en el desierto de Tabernas.
Mucho del Star Wars clásico y mucho Spaghetti Western
Cada capítulo de la serie es una especie de pequeña aventura autoconclusiva que forma a su vez una mayor y el nivel no hace sino subir y subir. No sólo en la historia que va forjando, sino también en la evolución de sus personajes, la aparición de los nuevos, los planetas y parajes por explorar y las criaturas que vienen y van.
Favreau y sus compañeros han sabido alejarse lo suficiente de Star Wars como negocio multimillonario propiedad de una de las empresas más grandes del mundo para crear un producto desde el punto de vista del fan, y no desde el de los fríos despachos de productores al uso.
Con esa distancia han cogido esa magia, esa sensación de aventura clásica, ese futuro usado que tanto echábamos de menos y lo han mezclado todo hasta entregarnos la serie perfecta para todos los que crecimos con Star Wars como súmmum del entretenimiento de calidad.
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El Star Wars que aprendimos a amar
Ha terminado la primera temporada y las sensaciones no han podido ser mejores. Así que ahora toca la parte agridulce,:revisitar de nuevo esta temporada a la espera de la siguiente, que visto el último episodio parece que va a ser aún más excitante, aún más llena de aventuras y de la magia que tanto echábamos en falta.
Si hay que ponerle una nota a la serie es la de diez, por devolvernos un universo que amábamos en todo su esplendor, y hacernos volver a creer que tenemos 8 años de nuevo.
Si no eres fan de la máxima creación de George Lucas, «The Mandalorian» va a gustarte porque su calidad es objetiva. Si lo tuyo es Star Wars… Entonces deja de leer y empieza a verla (o a revisitarla) a la de ya.
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