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Opinión

Recordemos la trilogía de «The Barbershop» con Ice Cube

Por JD Romero / 23/12/2020
Recordemos la trilogía de «The Barbershop» con Ice Cube

Llegó el momento de hablar en serio sobre «The Barbershop», la trilogía de películas en las que Ice Cube lucía sus dotes como actor.

En teoría (o al menos si lo comparamos con otros como Will Smith), Cube —cuyo nombre real es O’Shea Jackson— no tenía lo que Hollywood buscaba para sacar a alguien de la música e introducirlo directamente en la industria del cine.

Un tipo que venía del gangsta rap,  bajito, con algo de sobrepeso y con cara de mala leche. Quizás en la teoría su aspecto no debía funcionar, pero en la práctica fue en gran parte justo lo que se necesitaba: alguien de verdad.

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Su introducción en el mundo del cine fue por la puerta grande, pero no porque se tratara de un blockbuster sino por la calidad de la propuesta. El tristemente fallecido John Singleton lo llamaba a filas para la recordada «Los chicos del barrio» y de ahí -casi- todo fue coser y cantar.

La primera película de Ice Cube fue «Los chicos del barrio»

Tanto fue así que tras varias contrataciones más, Cube decidió ejercer de productor y escritor.

De ese modo nos llegó «Friday» que, en un elenco compartido junto a Chris Tucker, Nia Long y John Whiterspoon fue un éxito en los cines en Estados Unidos y en vídeo en casi todo el mundo. Cube había dado un paso adelante y Cube Vision (su productora) era un hecho.

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Curiosamente y a pesar de «Friday» (y sus secuelas), Cube aprovechó el hecho de tener ya una cara conocida para producir en su mayoría comedias familiares y asegurarse de algún modo parte del pastel del público afroamericano.

Al fin y al cabo ese nicho se había criado oyendo su música y viendo su arqueo de cejas.

«The Barbershop»: Ice Cube demostrando su talento

Y fue en 2002 cuando llegó uno de los éxitos más recordados de Jackson. El ex NWA producía (y protagonizaba) un guión de terceros para llevarnos hasta un contexto conocido por todos: la barbería.

Y con esa excusa crear un micromundo de interactuaciones donde conviven la mayoría de variantes personales dentro de la vida en el ghetto. La cosa fue tan bien que (ayudados por un casting que incluía a Eve, Cedric The Entertainer o Anthony Anderson) daría lugar a dos secuelas más.

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Y de ese modo y solo dos años después se estrenaba «The Barbershop 2: Vuelta al negocio». Queen Latifah se unía a un reparto en una cinta que seguía funcionando (si no tan bien como la primera parte) debido al tema que trataba: el estancamiento, la llegada de la competencia y las multinacionales entrando en el barrio.

Y más de una década después y justo cuando echábamos en falta más cine de corte social o ghetto llegaba «La barbería 3: Todo el mundo necesita un corte». Para que la cinta estuviera en boca de todos se añadía a Nicki Minaj y a Common al cartel, dando cierto toque de frescura por un lado y de respeto por otro. Una innecesaria secuela que funcionaba en sus objetivos y que dio los dividendos que esperaba al bueno de Cube, que volvía a producir.

Eve, Nicki Minaj, Common o Queen Latifah aparecen The Barbershop

La trilogía de «The Barbershop» funciona porque en un entorno común, accesible y conocido nos presenta todo el ecosistema del ghetto, Cada uno con su personalidad, su edad, sus problemas, sus defectos y sus virtudes y algo tan básico como eso no había sido llevado al cine de modo tan directo. Quizás solo Spike Lee en «Get On The Bus» (1966) había hecho algo así dentro del sub género, salvando las distancias.

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«The Barbershop» son tres películas que funcionan en su honestidad y en la falta de altas pretensiones cinematográficas. Una humildad que nos predispone a acercarnos a ellas y a disfrutarlas en cada visionado.

No cambiaron el negocio del séptimo arte, pero nos divierten, nos entretienen, nos presentan a personajes que parecen reales y encima nos dan que pensar, y ¿no es eso más que suficiente?