Una leyenda entre leyendas llamada Aretha Franklin

En la historia de la música negra ha habido aportaciones inmensas a lo largo de los últimos cien años, sin embargo, muy pocas (y recalcamos lo de muy, muy pocas) tan grandes y multidimensionales como las de Aretha Franklin .

Aretha Louise Franklin (nacida en Memphis el 25 de marzo de 1942 y fallecida en Detroit el 16 de agosto de 2018) fue una de las más icónicas cantantes estadounidenses de soul, R&B y gospel, conocida mundialmente como la “Reina del Soul” y “Lady Soul”. Con una voz inconfundible y un estilo que unía lo espiritual y lo secular, Franklin se convirtió en un símbolo cultural y en una de las mayores exponentes de la música soul. Más allá de su éxito artístico, Aretha usó su fama para apoyar los derechos civiles y la liberación femenina, convirtiéndose en un referente para las luchas sociales de su tiempo.

Franklin inició su carrera profesional a los 18 años, firmando con Columbia Records en 1960. A pesar de algunos éxitos, su despegue llegó tras cambiarse a Atlantic Records en 1966, donde explotó su potencial con temas como ‘Respect’, ‘Chain of Fools’, ‘Think’, ‘(You Make Me Feel Like) a Natural Woman’ y ‘I Never Loved a Man (The Way I Love You)’.

Estos singles, todos convertidos en éxitos, consolidaron su lugar en la música estadounidense. En esta etapa lanzó discos tan influyentes como ‘I Never Loved a Man the Way I Love You’ (1967), ‘Lady Soul’ (1968) y ‘Young, Gifted and Black’ (1972). Aretha Franklin también fue pionera en los géneros de gospel y soul, estilos que reforzó en álbumes como ‘Amazing Grace’ (1972) y ‘Sparkle’ (1976), aunque luego experimentaría ciertos problemas con Atlantic.

Durante las décadas de los 60 y 70, Franklin expandió su repertorio y su influencia, versionando temas populares de otros géneros, como ‘Let It Be’ y ‘Eleanor Rigby’ de The Beatles, y ‘Bridge Over Troubled Water’ de Simon & Garfunkel, además de clásicos de Sam Cooke y The Drifters.

Con 18 premios Grammy y más de 75 millones de discos vendidos, se convirtió en una de las artistas femeninas más vendedoras y aclamadas en la historia de la música. En 1987, Franklin se convirtió en la primera mujer en entrar al Rock and Roll Hall of Fame y, en 2008, Rolling Stone la situó en el primer puesto de su lista de «Los 100 cantantes más grandes de todos los tiempos».

¡Suscríbete a The Medizine TV!

En 1979, tras el asesinato de su padre, Aretha firmó con Arista Records, donde relanzó su carrera con álbumes como ‘Jump to It’ (1982) y «Who’s Zoomin’ Who?» (1985), y también debutó en el cine en «The Blues Brothers» (1980). En 1998, su interpretación de la ópera ‘Nessun dorma’, junto a Luciano Pavarotti, le valió un Grammy y reconocimiento mundial, alcanzando nuevamente el Top 40 con ‘A Rose Is Still a Rose’.

Con más de 100 canciones en el ranking de Billboard, Franklin fue la artista femenina con más entradas en la lista, incluyendo 77 en el Hot 100 y 17 en el top 10, además de 20 sencillos número uno de R&B.

Nacida en un hogar marcado por los problemas familiares y la pobreza, Franklin creció en Detroit, donde su padre, Clarence LeVaughn Franklin, era un influyente predicador de la Iglesia Bautista. Su madre, Barbara, también cantante de gospel, abandonó el hogar debido a la violencia y abusos por parte de su esposo, lo que generó un ambiente difícil para la joven Aretha, quien sufrió de abusos sexuales desde pequeña y fue madre a los 12 años.

¡Suscríbete a The Medizine TV!

A pesar de estas adversidades, su talento fue reconocido desde joven, y la rodearon figuras destacadas del gospel como Clara Ward, James Cleveland y Mahalia Jackson.

Franklin se adentró en el mundo musical con grabaciones de gospel junto a sus hermanas Carolyn y Erma, y pronto su padre vio en ella un potencial único. Con tan solo 14 años, lanzó ‘The Gospel Soul of Aretha Franklin’, una obra que mostraba ya su estilo propio.

Con el tiempo, sus influencias gospel y su versatilidad la consolidaron como un icono estadounidense y una de las artistas más influyentes de la música. En 2019, a título póstumo, recibió un Premio Pulitzer en reconocimiento a su “contribución indeleble a la música y a la cultura estadounidense”.