Cómo Quincy Jones reinventó la música tal como la conocemos hoy

Aunque nos ha dejado con 91 años, lo cierto es que la noticia fue todo un drama para la música y su historia, y es que la figura de Quincy Jones es una de las más importantes de la historia de la música. Como saben, Jones fue esencial en los mejores álbumes de Frank Sinatra, Charlie Parker, Billie Holiday o Tony Bennet, así como algunas de las mejores bandas sonoras de la historia del cine.

La figura de Quincy Jones es un pilar fundamental en la arquitectura sonora de la música popular contemporánea. Su carrera, rica en diversidad y cohesionada fusión de géneros, se cimienta especialmente en su colaboración con Michael Jackson, cuyo trío de discos ‘Off the Wall’ (1979), ‘Thriller’ (1982) y ‘Bad’ (1987), marcó un antes y un después en la historia musical.

Jones fue el productor que orquestó estos icónicos trabajos y, como un incansable alquimista de las armonías, logró fusionar elementos del jazz, el R&B, el funk y la música pop en una estructura sonora sin igual, creando el molde de lo que sería la música popular del futuro.

El primero de estos álbumes, ‘Off the Wall’, estableció una nueva propuesta para la música negra en la industria pop, una amalgama perfecta de disco, funk y pop. Jones, con su habilidad como arreglista, dotó a las canciones de una complejidad armónica y un ritmo reconocible que desafiaba las convenciones y las zonas de confort de la música comercial de la época. La propia Beyoncé ha repetido hasta la saciedad que es uno de sus álbumes favoritos.

Sin embargo, fue con ‘Thriller’ cuando se consolidó la simbiosis entre Jones y Jackson, un fenómeno que transgredió fronteras musicales y sociales. ‘Thriller’ capturó el zeitgeist de la década de 1980 y también redefinió el concepto de éxito global. Este álbum, el más vendido de todos los tiempos, es un testimonio neutral y objetivo del genio de Quincy Jones para crear un sonido pulido, universal y atemporal, que trascendía cualquier etiqueta y/o limitación.

Su producción de Billie Jean, con su inconfundible bajo y la brillantez de la percusión, es solo un ejemplo del nivel de innovación técnica y artística al que ambos llegaron. En realidad, todos los cortes del disco eran (y son) sencillamente geniales.

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Con ‘Bad’, el tercer álbum de esta histórica colaboración, Jones y Jackson continuaron su exploración de nuevos territorios sonoros. Si ‘Thriller’ había sido una obra maestra de la producción en estudio, ‘Bad’ fue una consolidación del concepto de la música como un espectáculo integral, ahora más cercano a los sonidos urbanos (a los que Jackson se lanzó de pleno en ‘Dangerous’ ya con Teddy Riley). La experimentación con la instrumentación electrónica y la consolidación de un sonido más duro y urbano continuaron su expansión del pop como fenómeno cultural, algo que sigue hoy día.

La relación entre Quincy Jones y Michael Jackson es un ejemplo claro de cómo la fusión de talento y visión artística puede trascender el tiempo y las modas. Jones contribuyó al sonido de Jackson y lo ayudó a redefinir la figura del artista pop como un creador completo. Juntos, crearon un legado que estableció nuevos estándares de excelencia en la producción musical y definió lo que entendemos hoy como música popular en un compendio entre accesibilidad y calidad incomparable.

La mala noticia de todo ello es que pocas veces (por no decir ninguna más) hemos vuelto a vislumbrar un tándem tan perfecto entre cantante/compositor y productor como el de Jackson y Jones. Eso sí, la música de los dos sigue estando ahí para disfrute y deleite de todos… Y eso nadie nos lo podrá quitar.