‘Maxine’: la subestimada joya de Ghostface Killah y Raekwon

Está meridianamente claro que Ghostface Killah y Raekwon son dos de los mejores emcees del mundo, pero no solo eso, también lo son de toda la historia del rap. Una afirmación tan rotunda y grande como sincera y honesta. Un servidor es absolutamente consciente de ello.

Pero ambos artistas sufrieron la injusticia de su propia grandeza, con discos tan sublimes como ‘Only Built 4 Cuban Linx’, ‘Ironman’ o ‘Supreme Clientele’, comenzaron sus carreras en solitario tan a lo grande que luego fueron temporalmente subestimados. El L.P. ‘Bulletproof Wallets’ (2001) de Ghost en colaboración con Rae es uno de esos ejemplos.

El álbum salió solo año y medio después del maravilloso y celebrado ‘Supreme Clientele’ y, aun siendo inferior a todos los niveles, es un disco que no nos tomamos lo suficientemente en serio.

Aunque el tiempo deja cada cosa en su lugar y, con el poso que nos da, hoy podemos decir que el trabajo tiene suficientes joyas como para que lo disfrutemos hoy día.

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Y ‘Maxine’ es una de esas canciones en las que Ghostface Killah y Raekwon lo dan todo y se compenetran al máximo, pero que fue un poco ignorada por estar dentro de un álbum que no tuvo grandísimas críticas ni ventas. O no al menos comparado con los dos trabajos anteriores del rapper neoyorkino.

La canción -producida ni más ni menos que por RZA– abre el disco y narra con todo lujo de detalles la historia de Moony, un traficante que pilla a dos de sus camellos robándole, con lo que decide tomarse la justicia de su mano.

Una historia a ritmo de funk y soul y con un tempo rápido que narra absolutamente todos los detalles de la aventura, casi dándonos la sensación de estar en una película blaxploitation.

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‘Maxine’ es uno de esos temas sin single ni videoclip que nos muestran la grandeza del rap. Ese que es capaz de crearnos una película al completo sin necesidad de encender la televisión o ir al cine.

Y es que si el hip hop es superior a otros géneros es porque sus artistas se esfuerzan en ser los mejores escribiendo, este tema es uno de esos ejemplos, aunque no sea históricamente reivindicado.

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Por supuesto, no solo se trata de la letra, también de cómo ambos rappers encajan cada palabra en el ritmo, creando una canción tan perfecta como estridente y poco comercial.

Y es que las discografías de Ghost y Rae son tan maravillosas y completas que encontramos obras maestras hasta en sus trabajos menos reconocidos. Por algo el mundo del rap le debe tanto a estos dos tipos.