Mito entre mitos: hablemos de Curtis Mayfield

Aunque su carrera empezó en los años sesenta como líder de la banda The Impressions, no fue hasta los setenta en que Curtis Mayfield (1942-1999) empezó a completar un legado que lo convertiría en icono inmortal, incluso por cuestiones más allá de las musicales.

En lo sonoro y sobre todo en su carrera en solitario (mucho más completo, ecléctico y experimental) aunó el soul, el funk, el blaxploitation, el chicago soul o el soul psicodélico, dando lugar a uno de los artistas más completos y reconocibles de la historia de la música negra.

Al contrario que la mayoría de artistas de música negra de la época, Mayfield escribía y componía la mayoría de su material, tarea que compaginaba con la guitarra y la producción musical.

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Por si esto fuese poco, Curtis Mayfield era el dueño de su propia discográfica, negándose así a regalar dividendos de su trabajo a terceros y siendo pionero en ello como afroamericano.

Puede que su reconocimiento mundial se deba en gran parte al éxito de la banda sonora de la película «Superfly» (en la que incluso realiza un cameo), pero ello no desmerece ni un ápice la mayoría del resto de su discografía.

Aunque ese hit y algunos de los temas del álbum eran muy funk, es en su rama más soul donde encontramos la parte más interesante, aunque esto es tan personal como subjetivo.

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LP’s como ‘Curtis’, ‘Roots’ o «There’s No Place Like America Today» igualan o incluso superan al conocidísimo «Superfly», que tiene en la canción homónima la mayor razón de su éxito (aunque no nos engañemos, el resto del disco es notable).

Aunque a lo largo de la década de los ochenta tuvo algún éxito de música y crítica, su gran reconocimiento musical viene de la década anterior. La evolución de los sonidos a más digitales y artificiales en la época de Spielberg o Michael Jackson hicieron que editara menos discos, y quizás menos inspirados.

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Aun así, Mayfield está justo por detrás de Marvin Gaye o Stevie Wonder en la percepción del público como leyenda del soul, y si atendemos a lo meramente musical la cosa está bastante igualada.

Muy a su pesar, Mayfield demostró en su final ser tan valiente como en el resto de su vida. Tras caerle encima toda una torreta de luces en un concierto en Nueva York en 1990, Mayfield quedó paralítico de cuello para abajo, muriendo 9 años después del accidente.

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Pero se fue no sin haber visto durante esa década numerosos tributos a su trabajo y su legado, de la mano de artistas como Gladys Knight, Bruce Springsteen o Eric Clapton, que han reconocido su admiración por el de Chicago.

Su suave voz (imitada sobremanera por Pharrell Williams), sus maravillosas instrumentaciones y sus letras tan bellas (y duras) como comprometidas han hecho que oír las mejores canciones de Mayfield sean un placer tan inmenso e intenso como se tiene con pocos artistas en la historia.

Es por ello que debemos reivindicarlo, reproducirlo y subrayarlo como un símbolo, ya que la herencia musical que nos ha dejado es tan maravillosa como revolucionaria.