The MedizineThe Medizine
Música
Opinión

Viendo las luces y sombras de ‘Motomami’, el último álbum de Rosalía

Por Juan Villain / 18/03/2022
Viendo las luces y sombras de ‘Motomami’, el último álbum de Rosalía

A estas alturas de la película no hace falta presentar a Rosalía: sentó las bases del pop español contemporáneo -junto a C. Tangana– con ‘Antes de morirme’, puso a los modernos a escuchar flamenco con ‘Los Ángeles’ y entregó uno de los mejores discos en nuestro idioma en lo que llevamos de siglo con ‘El Mal Querer’.

Ahora, la artista catalana está de regreso con ‘Motomami’, su disco más ¿arriesgado?

‘Motomami’ llevaba tres años en las cocinas de Rosalía

Quitémonos de encima cuanto antes la pregunta del millón: ¿es ‘Motomami’ un gran disco? La respuesta no es ni afirmativa ni negativa. En ‘Motomami’ nos encontramos algunas de las mejores canciones que jamás haya firmado Rosalía, pero también las peores. Temas como ‘G3 N15’, ‘Diablo’, ‘Delirio de grandeza’, ‘Como un G’ o ‘Sakura’ son, simplemente, geniales, desbordantes.

Otras, como ‘Bizcochito‘, no son en absoluto digeribles, ni a la primera ni a la quinta escucha. Por último, nos encontramos con una serie de canciones que bien podrían situarse entre el limbo y el «meh». En este grupo podemos incluir tracks como ‘Candy’ o las ya conocidas ‘Chicken Teriyaki’ y ‘La Fama’.

‘Motomami’ triunfa, y de qué manera, cuando Rosalía suena cercana, íntima, confesional y fracasa -no siempre- cuando se aleja de esto. Y no fracasa porque la artista no pueda o no tenga el talento para montarse en otro tipo de ritmos, algo que ya ha demostrado en otras ocasiones y aprobando con nota, sino porque es ahí donde se distancia de todo lo que la hace grande, sonando insípida, como una más de las tantas propuestas artísticas que pueblan la industria. Y si algo podemos tener claro, es que la propuesta de Rosalía no es una más.

¡Suscríbete a The Medizine TV!

Otro de los puntos por los que el disco no termina de encajar es por la distribución del tracklist. A priori parece hecho un poco a voleo, sin una conexión clara entre las canciones. Por supuesto, esto, a día de hoy, es algo totalmente normal, casi el estándar, me atrevería a decir. Pero, tal y como parecía por el discurso previo de Rosalía, habría apostado porque el disco tendría algún tipo de concepto, más allá del «yo me transformo». Igualmente, con Rosalía nunca se sabe e igual con el tiempo me cierra la boca. Ojalá, yo encantado de que lo haga.

Aún así, quizás lo más honorable del disco es el genial repaso que Rosalía hace de los géneros más prominentes de esta década. Además, lo hace a su manera, dándole la vuelta a conceptos manidos y encontrando nuevos enfoques que, la verdad, pocos serían capaces de encontrar. No sé cómo tratará el tiempo a ‘Motomami’, pero lo que está claro es que en unos años volveremos a escucharlo y recordaremos cuál era el zeitgeist musical de estos años confusos que nos ha tocado vivir.

Por último, cabe destacar el trabajo de producción que envuelve a ‘Motomami’. En este apartado, la obra es sobresaliente y dudo que durante el resto del año pueda salir un disco mejor y más inteligentemente producido. No por nada encontramos nombres como Pharrell Williams y Chad Hugo, lo que para la mayoría de raperos sería poco menos que un sueño húmedo (hentai, claro).

En definitiva, ‘Motomami’ nos muestra todas las luces y las sombras musicales de Rosalía. Es innegable que algunas canciones rebosan talento y genio por los cuatro costados, otras, sin embargo, se quedan a medio gas y probablemente pasen sin pena ni gloria. Lo bueno es muy, muy, muy bueno y lo malo es malo, dejémoslo ahí.

Aún así, es un disco verdaderamente interesante, con muchos matices por analizar, con momentos musicales para el recuerdo y que, sobre todo, nos deja -otra vez- pensando en cuál será el siguiente paso de Rosalía.


Jack Harlow, Billie Eilish y Lil Nas X, entre otros, participarán en los Grammys 2022. Te contamos todo aquí.