Primeras impresiones de «jeen-yuhs: a Kanye Trilogy» de Netflix

El hype por «jeen-yuhs: a Kanye Trilogy» está más que justificado, al menos si entendemos mínimamente cómo funciona la sociedad y la relevancia que da a sus personajes. En el caso de Kanye West se dan absolutamente todas las condiciones para que sea una celebridad del máximo nivel: productor, rapero, diseñador de moda, ex marido de la mujer más conocida del planeta y trastorno bipolar.

Exacto, Ye posee (para bien y para mal) todos lo ingredientes para que el mundo entero esté pendiente de él. Pero además hay un pequeño gran detalle que lo diferencia de la mayoría de celebrities de alto rango: su talento es inmenso, objetivo y está más que probado.

Así que llegado el día del estreno no podíamos sino darle al play a «jeen-yuhs: Una trilogía de Kanye West» (tal como se llama en castellano) y el resultado no puede ser más satisfactorio. Como saben, los directores Coodie Simmons y Chike Ozah (que suelen firmar como «Coodie and Chike») han acompañado a West durante dos décadas, rodando absolutamente cada detalle de su vida.

Exacto, teniendo esta información lo primero que se nos viene a la cabeza es el fantástico documental llamado «Hoop Dreams», estrenado en 1994, y que sigue la carrera de dos estudiantes de instituto de Estados Unidos que estaban destinados a convertirse en leyendas del baloncesto. Podemos decir que «jeen-yuhs» es el más y mejor en este tipo de documentales rodados durante años.

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Y es que, mientras en la mayoría de producciones de este tipo el narrador nos cuenta algo mientras las imágenes de archivo simplemente acompañan (o son aproximadas) a los hechos contados, en el documental de West las mismas imágenes nos cuentan (al estar grabadas a tiempo real en cada situación) todo su periplo.

La explosión de Ye como productor en Chicago, su viaje a Nueva York a intentar ser fichado por Roc-A-Fella (o por Rawkus o casi por quien sea), la producción de beats tan icónicos como ‘Jesus Walks’ o ‘Family Business’, la genial relación que tenía con su madre (ya saben, Donda West), las primeras entrevistas para medios, la frustración de no sentirse valorado como emcee y un sinfín de pasajes más.

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El viaje del héroe personalizado en la figura de West. Un tipo que no solo despuntaba como beatmaker sino que ya desde las primeras entrevistas (como la de la MTV) podemos dilucidar que estamos ante un talento privilegiado y delante de un cerebro distinto al resto.

Por supuesto, en «jeen.yuhs» están todas las figuras que esperamos ver: JAY-Z, Dame Dash, Talib Kweli, Mos Def, No I.D., Scarface, Young Guru, Rhymefest, Consequence, Jermaine Dupri y un larguísimo etcétera. Un documental que aprueba con nota y que será disfrutable para cualquier fan de ye, para cualquier amante de la música y para cualquiera que simplemente tenga sangre corriendo por sus venas.

De momento solo se ha estrenado la primera parte de «jeen-yuhs: A Kanye Trilogy» en Netflix: la segunda se estrenará el 23 de febrero y la tercera y última el 2 de marzo. Lo que está más que claro es que el formato como tal es sublime y nos hable las puertas de una forma única a Ye y todo su universo. Worth the hype.