«The Mandalorian»: impresiones de la esperadísima temporada 2

Puede que la gente que no se haya acercado a «The Mandalorian» crea que el hype y la cantidad de seguidores de la producción se deban únicamente por tratarse de la primera serie de acción real salida del universo Star Wars . Sin embargo, y en esto estarán de acuerdo todos los que sí siguen las aventuras de Mando en formato serie, «The Mandalorian» no solo es una serie de un nivel sobresaliente, sino que muy probablemente supera las -altísimas- expectativas que había antes del estreno de la primera temporada.

La creación de Jon Favreau junto al siempre efectivo Dave Filoni, vuelve de algún modo al universo inicial de Star Wars, aunque tomando elementos del Western o, sobre todo, del Spaghetti Western. El mandaloriano es un personaje solitario que viaja por lugares mugrientos y solitarios buscándose la vida y es en la clarísima influencia de la obra maestra «El lobo solitario y su cachorro», de donde coge algunos de sus mejores elementos. Como, por ejemplo, la protección a un indefenso bebé, en este caso el popularísimo (y una magnífica jugada de marketing) Baby Yoda.

«The Mandalorian» va hasta las raíces de Star Wars y recupera aquello que más echábamos de menos en el universo: la sensación de aventuras clásicas y la capacidad de maravillarnos. Personajes pintorescos, nuevos poblados, aventuras con la nave y toda la mitología de los habitantes del planeta Mandalore en capítulos -normalmente- autoconclusivos que a su vez van dando forma a una historia mucho más grande y ambiciosa a nivel narrativo.

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Es por ello que la primera temporada nos dejó un sabor de boca absolutamente dulce, pero a su vez con muchas ganas de más. Y es que «The Mandalorian» toca nuestra tecla favorita, no es sólo porque se trate de Star Wars, es porque trata el Star Wars que más nos fascina. No puedes ofrecerle a un adulto nada más valioso que llevarle de nuevo a lo mejor de su infancia, y eso es justo lo que consigue esta serie bajo la tutela de la todopoderosa Walt Disney.

Y puestos con el inicio de la segunda temporada podemos sacar algunas conclusiones. La primera es que la guía de estilo sigue siendo fiel (y maravillosa) a la primera: hay aventura, hay giros de guión, personajes traicioneros, muchos momentos de soledad, apariciones de seres ya presentados en la primera y recuperación de lugares conocidos por los amantes del universo. Es decir, da el nivel y puede que supere nuestras expectativas, aunque quizás es pronto para aventurarse a dicha afirmación.

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Una cosa queda meridianamente clara. El inicio de la segunda temporada de «The Mandalorian» nos recuerda -y puede que amplifique- las mil y una razones por las que la serie se convirtió en un clásico instantáneo. Sigue estando todo lo que amamos de la season 1 pero se abren suficientes nuevos caminos, lugares, situaciones y personajes como para volver a tenernos absoluta y completamente enganchados.

Si eras fan de la serie no tenemos mucho que decirte, seguramente ya hayas visto el primer capítulo de la segunda temporada al leer estas líneas. Pero si no te has adentrado en el universo de «The Mandalorian» antes del estreno de la temporada 2 entonces casi te envidiamos: es una suerte poder disfrutar de cero de una producción que lleva las palabras «entretenimiento de calidad» en mayúsculas. Así es y así debíamos contártelo.