Snoop Dogg: o cómo ser una completa leyenda con solo un gran disco

Desde que Dr. Dre presentó lo al mundo en 1993 con ‘Deep Cover’, el temazo proveniente de la película homónima, el mundo entero cayó a los pies de Snoop Dogg.

O mejor dicho, primero los amantes del sonido west coast y luego el resto del mundo. Había nacido una leyenda en cuya voz el rap parecía la disciplina más sencilla del globo.

Tras ese tema, Snoop se convirtió en el segundo de abordo en ‘The Chronic’, el debut en solitario de Dr. Dre. Algo que podría parecer sin mucha importancia, si no fuera porque el disco en cuestión acabó siendo uno de los mejores de la historia del rap.

De hecho, si ves un listado de grandes discos del género y no aparece ‘The Chronic’, puedes cerrar esa página y no abrirla nunca más.

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Por si no fuese suficiente, ‘Doggystyle’ (el primer disco de Snoop, aún como Snoop Doggy Dogg) fue muy parecido al de Dre, en un sentido musical y en el de estar presente en todos los listados históricos.

Aún hoy (y el L.P. vio la luz un 23 de noviembre de 1993) sigue siendo completamente maravilloso de principio a fin, desde la primera hasta la última canción.

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No en vano, el disco estuvo producido íntegramente por un Dr. Dre en estado de gracia. El trabajo ayudó a establecer el G-Funk con sub género popularmente aceptado y el sonido west coast como el predominante en la primera mitad de los noventa.

Un jovencito Calvin Broadus (sí, ese el nombre real del rapper) acababa poniendo su nombre en la historia del rap.

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El tiempo pasó, Snoop fue acusado de asesinato y estuvo muchísimo tiempo preparando el caso, del que fue absuelto (de lo que siempre se ha dicho que soltó lo más grande, aunque nunca lo sabremos).

Y llegó el momento de preparar un segundo álbum, aunque ahora sin la mayor de las bazas: Dr. Dre se había ido de Death Row, pero Snoop aún seguía anclado al sello.

De ese modo, DJ Pooh (principalmente), Daz Dillinger, Soopafly, Dat Nigga Daz y otros grandes de la costa oeste produjeron los beats del álbum, que se acabaría llamando ‘Tha Doggfather’.

Y el disco se dejaba (y se deja) escuchar e incluso tiene varios hits destacables. Pero, por comparación, el L.P. languidecía con respecto al disco de debut de Dogg.

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Aun así, veíamos a un rapper que se esforzaba con la libreta y el micrófono y que tenía muchas cosas que decir y mucho estilo por demostrar. Aunque predominan los sonidos líquidos y algunos tempos son demasiado lentos, el álbum merece la pena. También es cierto que estaba lejos de ser la obra maestra que le precedía.

El problema vino después. Con graves problemas económicos, Snoop fichó por No Limit Records y Master P se aseguró de que se le pagara de acorde a su status. Aunque el disco es el segundo álbum más vendido de la carrera del rapper (tras ‘Doggystyle’), lo cierto es que musicalmente no estaba al nivel de los otros dos. No ya al del primero, sino que tampoco se acercaba al segundo.

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Han pasado los años, Snoop se ha convertido en un icono más allá del rap y es absolutamente reconocible vaya a donde vaya.

Su pinta de delgado fumeta, sus cameos en películas, sus cameos en cine porno y sus redes sociales lo han convertido en una estrella a todos los niveles. Pero la cosa es que el tipo tiene 17 discos en solitario a sus espaldas (y uno que viene para este año) y solo uno realmente bueno, plenamente atemporal y maravilloso de principio a fin.

Snoop (junto a Tupac, Dr. Dre, Warren G y otros) representa la época dorada del gangsta rap, del mejor sonido de la costa oeste y de la brillantez más completa de Dre como productor. Se ha establecido en el inconsciente colectivo como un icono tan grande, que casi da igual que la mayoría de sus discos tengan hits notables y una gran parte de ellos sea olvidable.

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Eso nos dice como de importante es lo que proyectas, casi por encima del resultado real, cuestión que da para muchísimos debates. Pero una cosa es cierta (o al menos desde el punto de vista subjetivo del firmante): ¿cuánta maravillosa música hubiéramos podido disfrutar sin Snoop se hubiese dedicado a esforzarse en sus raps y a elegir buenos beats?

Michael Jackson dijo una vez «Para mí, el mayor pecado de todos los pecados es recibir un don y no cultivarlo para que crezca». Y, por muy triste que pueda sonar, no se me ocurre una mejor frase para la carrera de Snoop.